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De Boyacá a Milano, a pura rueda

Una de las noticias que abrió la jornada de hoy, fue el nuevo de liderato del Giro de Italia. A sólo dos etapas de finalizar la gran prueba ciclista, el pedalero colombiano Nairo Quintana se posicionó como nuevo líder y podría este fin de semana coronarse nuevamente campeón tras su triunfo en 2014. ¿Quién es él? Te lo cuenta nuestro redactor invitado Michael Puertas.

@ElTurcoPuertas

Nairo Alexander Quintana Rojas es un ciclista nacido el 4 de febrero de 1990, es oriundo del Municipio de Cómbita, Departamento de Boyacá, enclavado en las alturas de la cordillera central que atraviesa Colombia. Un arranque muy tomado de Wikipedia como para hablar de Nairo, ¿No?, pero que no basta para describir al que muchos –y me incluyo-  vemos en Quintana al mejor ciclista en la Montaña de todo el Mundo.

Sí, lo acepto, Nairo no es el ciclista promedio que la televisión nos puso en frente desde las épocas de Fignon, Hinault, y más para acá de Petacchi, Ulrich y Armstrong; no es alto, no es blancuzco, no es “de grueso lomo” como se diría coloquialmente, pero tiene la potencia que muchos de los que mencioné hace un par de líneas se hubieran “matado” por tener en sus piernas –Sobre todo Armstrong, y ustedes saben muy bien por qué se los digo-

Nairo Quintana proviene de una familia campesina, como cualquiera otra del Altiplano cundiboyacense, en la que la bicicleta se hace casi tan indispensable como el azadón; ya sea para traer la leche, ir por el mercado, hacer trámites en los pueblos, o como Nairo, para ir al colegio, pero la bicicleta tiene que estar.

Criado a punta de agua de panela con queso, almojábana y cocido, sin las grandes preparaciones de los perfumados europeos, o de las máquinas norteamericanas, así, sin más que la cicla y el asfalto, empezó a forjarse su carrera.

Y con el pasar de los años, la carretera lo fue llevando a los circuitos nacionales, a las clásicas, y a la misma Vuelta, y de a poco, muy de a poco, pero con seguridad, se fue haciendo nombre entre las grandes proyecciones de los pedalistas colombianos, junto a los Henao y los Urán, aunque, por lo menos para éste 2017, los palos en la rueda empezaron a aparecer, y no precisamente en competencia.

Quintana arrancó el año en medio de dudas, el Tour de San Luis, que se corría en la Argentina, quedó por fuera del World Tour de la Unión Ciclística Internacional, con el que la gran prueba que manejaba a placer en el continente quedó en el recuerdo.

Aun así, se repuso, preparó su temporada y la inició imponiéndose en la Tirreno Adriático, una prueba que ya conocía y que ganó con total comodidad, tal como lo hizo en 2015, aunque dicha prueba le costó su presencia en los Nacionales de Bogotá, con lo que la lluvia de críticas por no participar y luchar por el título de Campeón Nacional de ruta no se hicieron esperar.

Luego le vino la Vuelta a Asturias, en la que si bien no pudo hacerse con la competición, ocupó el segundo lugar y ganó la etapa reina de la competición, con lo que le mostró a toda Europa que el reto del Giro y el Tour no le iba a quedar grande; todo muy bien, fenomenal, hasta que apareció Fedeciclismo.

Y con ella vinieron las discusiones politizadas, ahora la batalla no era en el pavimento sino en los micrófonos, Nairo denunciando que la Federación no apoya a los ciclistas en las pruebas internacionales, la medallista Olímpica Mariana Pajón –Con intereses de por medio- defendiendo a capa y espada la gestión del ente deportivo, leña al fuego por todos lados, dos de los grandes de la historia deportiva de Colombia enfrentados,  hasta la misma afición dividida, y la frase “Que Nairo se dedique a pedalear” retumbando en la cabeza de Quintana. El Giro De Italia ya no era solamente un reto deportivo, sino una forma de decir “Aquí estoy”.

La primera semana la bancó sin contratiempos, obviamente sabiendo que en esa semana el protagonismo se lo llevarían los Sprinters como Fernando Gaviria o André Greipel, y entendiendo que para él, el show debía esperar. Pero con la etapa 9, y el primer atisbo de Montaña insinuándose, con llegada en alto por delante,  dejó de lado a sus rivales, y en un ataque sorpresivo, coronó el Blockhaus con tranquilidad. El “Aquí estoy yo” ya no era un pensamiento, sino una realidad que se plasmaba en todos los diarios y portales deportivos.

A pesar de que hasta ayer Tom Dumoulin estaba por encima en la general, Nairo demostró que está para pelear el Giro, el descuento del día martes de más de dos minutos en la general, el hecho de haber llegado en un embalaje el domingo pasado aunque no sea ese su terreno y después de haber sufrido una caída, dan a entender que el Boyacense no se ha dado por vencido, sino que, muy por el contrario, tiene las armas para dar el gran zarpazo en las dos llegadas en alto que restan.

La diferencia no es mucha, el nivel de Quintana da para soñar, y el ciclismo, deporte bello pero a veces tan cruel, tiene muchas idas y vueltas, sólo queda disfrutar del espectáculo, ¿y por qué no? pensar en Nairo como Campeón para decir que el triunfador llegó De Boyacá, y se alzó su segunda “Corsa Rosa” en la mística y bella Milano.

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