Han pasado ya dos semanas desde que el piloto de quads, Ignacio Casale, sorprendió al mundo del deporte tuerca tras ganar por segunda vez en su carrera deportiva el rally Dakar 2018. El Perro congregó a una conferencia de prensa abierta a todos los medios de comunicación en un reconocido centro comercial de la zona oriente de la capital. Conoce lo más importante de aquella alocución en un nuevo Testimonio PD.

PD Chile

Es una calurosa mañana de un jueves de enero. Ignacio Casale conversa con algunos jóvenes y escribe algunos autógrafos en las poleras de aquellos que sueñan y anhelan ser como él. Al Perro Casale se le ve algo extenuado pero aún así no pierde su amabilidad característica.

Llega el momento de comenzar la conferencia de prensa. Casale es recibido con un gran aplauso y está dispuesto a atender todas las dudas de los periodistas.

A continuación, Panorama Deportivo resalta lo más importante de esa convocatoria de prensa que duró cerca de una hora y treinta minutos. Toma nota porque si te gustan las tuercas y sueñas con algún día correr el Dakar, aquí hay algunas tips que te pueden servir.

En qué momento hiciste el click y dijiste: ¡Ya, lo gané! ¡Soy campeón del Dakar!

“El último día me puse muy nervioso. La partida era al revés. Los más lentos partían primero. Todos los mochileros partían antes que yo y si ese día me pasaba algo o me caía, no iba a haber nadie que me pudiese ayudar. Entonces estuve mucho mejor preparado, fui cuidando mucho más el quad y cuando ya quedaban 10 kilómetros, me relajé. Fueron los diez kilómetros más bonitos que he vivido en el último tiempo. Hace años que no podía hacer una carrera tan perfecta, por convencimiento mío, por problemas mecánicos o por lesiones. Ahora pude entrenar más horas de moto y eso me ayudó. Cuando supe que podía ganarlo fue en los primeros días en Perú porque allí saqué mucha ventaja. Después sólo tenía que cuidarla”.

¿Cómo lo haces desde el punto de vista psicológico para renovarte en el éxito? ¿Cuál es la clave para un deportista de alto rendimiento seguir en ese espíritu ganador?

“Este año siento que soy un piloto mucho más maduro, mucho más completo. El primer Dakar lo gané muy chico con 26 años. La verdad que no sé cómo llegué a la meta, no sé cómo llegué vivo y la moto llegó entera. Era muy loco, quería ganar todas las etapas. En el año 2015 quise revalidar el título, tenía mucha presión de tu país y de toda la gente. Entonces ese Dakar lo abandoné por un aspecto psicológico. El 2016 tuve un accidente muy fuerte del que no recuerdo casi nada. En el 2017 con mi psicólogo, Enrique Aguayo, nos dijimos: “O seguimos así o nos reinventamos”. Es allí cuando empecé a correr con mucha cabeza. Siempre mirando para atrás, saber dónde vienen los otros, cuántos minutos les tenía a mis rivales, etc. El 2018 comencé a hacer mi carrera. Yo versus el roadbook. Muy sintonizado con el roadbook. Siempre quise hacer etapas buenas para mí y me daba lo mismo lo que pasara con los demás pilotos. En Perú le saqué 35, 40 minutos al segundo. Entonces allí me di cuenta de que esa era la estrategia y estilo que tenía que llevar y es así como lo logré y desarrollé durante todo el Dakar. Este año me dediqué más a analizar el mapa y ver cuándo salí a atacar. Esa fue yo creo la razón de lograr un Dakar redondito y estar siempre en los primeros lugares”.

Según los expertos en el deporte tuerca, este fue el Dakar más africano de todos. Esta versión dejó a los principales exponentes y candidatos fuera de competencia muy temprano. En base a esto, ¿Cuáles fueron las grandes claves para mantener el liderato de principio a fin y finalmente ganarlo?

“Sí, exactamente fue el Dakar más africano. O incluso más chileno. Yo sabía que iba a ser así. Habíamos evaluado mucho los mapas previamente. Con Manuel, mi mecánico, decidimos ir a entrenar a Copiapó. Estuve entrenando más de 10.000 kilómetros al año. Estuve calladito, no le avisé a nadie. Creo que eso me ayudó también a ganar el Dakar. Yo sabía que en Perú era muy rápido, pero en terrenos húmedos como Bolivia y Argentina no era el más veloz. Sabía que Karyakin, en esos terrenos me saldría a atacar. Al igual que los pilotos argentinos. Entonces, en mi cabeza me decía: “Vamos Ignacio, no cometas riesgos ni errores”. Traté de sacar la mayor ventaja en Perú, que es como correr en Copiapó, es igual. Así lo hice, esa fue la estrategia. Yo en Bolivia, no me sentí cómodo con la lluvia. Yo creo que a nadie le gusta la lluvia. Hay otros pilotos que están más acostumbrados a ese clima y no es nuestro en caso porque en el Desierto de Atacama no llueve casi nunca. Yo no estoy acostumbrado a ese tipo de circunstancias. Abandonaron muchos pilotos también porque el Dakar cambió completamente su estilo. Se fue Chile y se fueron las dunas del desierto. Antes ganaba el que tenía la moto más rápida y ahora eso cambió. Muchos pilotos abandonaron a los 700 metros de haber iniciado la carrera. Siento que ellos no analizaron la ruta como la analicé yo. Mi Dakar partió en marzo del año pasado cuando ya comenzamos a analizar cada etapa del Dakar 2018”.

La prensa extranjera decía que la etapa circular de San Juan de Marcona fue la más dura del Dakar 2018. A tu criterio, ¿Cuál fue la más dura?

“No es por faltarle el respeto al Dakar ni al resto de los pilotos, pero yo disfruté muchísimo Perú. Estaba en mi hábitat. Estaba contentísimo. Vi pilotos llorando del sufrimiento porque no tienen dunas en su país y pueden entrenar. Por suerte tenemos en Chile un escenario increíble para lo que fue Perú y lo aprovechamos al máximo. Para mí, la etapa más dura fue la etapa que llegamos a Belén (Argentina). Allí partimos a las 6 de la mañana y llegamos a las 8 de la noche al vivac. Esa creo que fue la etapa más dura. Quizás no eran 650 kilómetros pero eran 250 km a una velocidad de 40 kilómetros por hora. Era muy trabada, mucho pelo de camello, mucha duna. Tenía que andar en primera en muchos tramos. Las etapas se hacían muy largas. Uno veía el roadbook y pensaba: “esta etapa la haremos en dos o tres horas. Al final, se transformaban en doce o diez horas de navegación.  Marc Etienne nos hizo un Dakar muy difícil donde no podíamos pestañar. Este fue el Dakar más duro que he corrido y siento que los demás seguirán siendo así. Con un experto a la cabeza como Mark, el sabe perfecto cómo hacer la carrera difícil”.

¿Te sientes valorado en Chile o preferirías que tu triunfo haya salido más a luz?

No, yo estoy bien así. Déjenme así nomás. Yo me siento muy reconocido por los niños, por los papás y las mamás. Me siento muy querido la verdad. No cambiaría nada como han pasado las cosas. Muchos hablan del fútbol y lo critican. Yo pienso que hay que aprender de él. Ver cuál es la gracia que tiene para atraer a tanta gente y copiarlo. Yo quiero agradecer el apoyo de toda la gente y de todos los chilenos. Ha sido increíble en las redes sociales, en la meta de la carrera, en la calle. Eso es un honor para mí, porque siento que estoy haciendo muy bien mi trabajo. Estoy representando a Chile de la mejor manera posible y eso es algo que no tiene precio”.

¿Qué porcentaje necesitas para correr el Dakar de talento y qué porcentaje necesitas de ingresos de tus auspiciadores para estar en la competencia? ¿Cuánto y cuánto para poder llegar a una carrera así?

“100 % de todas. Necesitas estar muy preparado físicamente. Tener mucho talento y necesitas tener mucho apoyo privado porque es una carrera muy cara. Yo no sé si tengo talento, pero sí tengo mucho apoyo de la empresa privada. Mis sponsors han sido más que una empresa que me pase un cheque y nos vemos el próximo año, ellos son empresas que me han incluido en su familia. Me siento parte de su familia, me siento comprometidos con ellos y lo mismo ellos hacía mí. Creo que esa tranquilidad, me hace correr muy en paz mentalmente y por eso puedo traer tan buenos resultados a Chile en mi categoría”.

Recorrimos Paraguay, Argentina, Perú, Chile y Bolivia. Se habla de una posible entrada a Ecuador. ¿Cuál sería el Dakar ideal en Sudamérica?

“Mmmm Chile, Argentina, Perú. Para mí, ese sería el preferido. Mucha duna y mucho fuera de pista. Creo que esa es la esencia del Dakar. Hace poco entró Bolivia. Es un país maravilloso, su gente es increíble. Pero no me gusta mucho por el tema de la lluvia y el frío. No estoy acostumbrado a eso. Creo que no es mi hábitat. No lo paso bien en esas situaciones. Trato de defenderme de la mejor manera para sacar el mejor resultado, pero no es algo que me llene ni me acomode mucho”.

Francisco Chaleco López aprovechó la instancia para preguntarle sobre aspectos técnicos de la mecánica y navegación.

¿Qué significado tendría para ti que el Dakar pase nuevamente por Chile el próximo año?

“Eso es algo que todos los pilotos y toda la gente lo pide a gritos. Es uno de los eventos más grande del mundo que tiene que pasar por el día. Chile tiene tremendos pilotos de rally porque se entrenan en el desierto. Yo creo que haciendo una buena gestión entre la ASO y el Gobierno, podremos volver a tener el Dakar sin molestar a los ambientalistas. Se deberían delimitar bien los caminos. Creo que de esa forma sería un Dakar positivo para todos los chilenos y eso es lo que estamos buscando. Nosotros que vamos todos los meses a esa zona en donde la minería no está muy buena y la economía está muy baja, la gente pide a gritos la vuelta del Dakar”.

El desierto, la cancha de entrenamiento de Casale.

El tema de las lesiones es muy complicado para los deportistas. Cuéntanos un poco de la estrategia que utilizas para enfrentar las lesiones, salir adelante y obtener resultados como el que acabas de obtener.

“Mira las lesiones para nosotros son lo peor que hay. Cuando tú te lesionas, dejas de entrenar.  Nacimos entrenando y cuando pasa esto, partes de cero. Eso te echa para atrás porque mientras los otros están entrenando muy duro tu estás recuperándote en la casa o en el hospital para volver nuevamente a partir y tratar de igualar el nivel de los otros. En esos momentos, uno debe estar muy bien preparado porque es algo que necesitas con mucha fuera ya que las lesiones, por lo menos para mí, fueron algo que nunca me dejaron despegar. Podía tener la mejor moto, el mejor equipo y los mejores mecánicos, pero si no estás bien físicamente, los otros pilotos son mucho más superiores a ti. Siento que en esa circunstancia no hay que desmotivarse. Hay que estar más fuerte que nunca desde el lado mental para poder superar estos obstáculos y acostumbrarse a quedar conforme con los resultados que puedes obtener. El año pasado yo quería ganar, pero choqué con un poste de luz en Ritoque. Fue muy, muy fuerte. Allí estuve sin caminar un mes y me subí a la moto recién el 1 de noviembre y me bajé el 30. Entonces alcancé a entrenar 30 días para el Dakar. Mi cabeza quería ganar, pero mi cuerpo no podía, entonces, no podía seguirle las 10, 12, 15 horas a los pilotos que me ganaban etapa tras etapa. En esa circunstancia tuve que decirme a mí mismo que era imposible ganarles a esos pilotos. En ese momento iba cuarto. Tuve que esperar a que los pilotos fueran cometiendo errores. Al final, quedé segundo y en esa carrera aprendí a ocupar la cabeza. En el 2018 ocupe mucho mi cabeza para tratar de ganarlo y eso me salió increíble. Creo que fue un Dakar redondo donde todo salió perfecto”.

¿Cómo trabajas con tu moto y la conoces? ¿La armas, desarmas durante el año? Imagino que debes ser muy cercano con la moto. Uno va corriendo rápido en el desierto y de repente se para el motor. Ahí hay que tener claro e identificar dónde está el problema. ¿Cómo te preparas tú con tu moto antes del Dakar y de cada competencia?

“Nosotros comenzamos a preparar el Dakar en agosto con mi mecánico. Me gusta estar allí bien para ver cómo van los avances. Cuando no me gusta una cosa, la desarmamos y la volvemos a armar. De esa manera, hincho tanto a los mecánicos que hemos tenido que desarmar entre los tres la moto antes del Dakar. Afortunadamente, estudié ingeniería mecánica y desde chico me ha gustado estar en el taller soldando, desarmando y cortando fierro. En la etapa maratón, no me perjudica tanto. Me conozco la moto al revés y al derecho. Obviamente que sin tener los repuestos no se puede hacer mucho pero en esa etapa uno no sale al 100 %. Se tratan de cuidar los neumáticos y el motor. En esas etapas, no tenemos asistencia mecánica. Dejamos las motos en un cuartel militar y nos vamos a dormir todos los pilotos a una habitación compartida. La mecánica de la moto la hacemos nosotros mismos y hay que resolverla con las herramientas que uno anda trayendo. El trabajo mecánico previo y durante la carrera, sobre todo en el día de descanso es fundamental para llegar con la moto enterita”.

Hace un rato, hablabas de los niños y de imitar las cosas buenas del fútbol. ¿Qué tips les podrías dar para todos aquellos que quieren empezar en esto de las motos?.

“Finalmente yo no tengo una libreta sobre cómo empezar y nunca nadie me dijo cómo lograrlo.  Yo tenía un sueño que era ser profesional. Nunca me imaginé tener un auspicio ni mucho menos tener un auspicio. Eso era inalcanzable e imposible. Pero yo nunca lo dije y siempre traté de luchar para poder lograrlo. Siempre quise ser un piloto profesional. Me acuerdo que muchas veces me iba al taller sólo porque hasta hace un par de años, ni siquiera tenía mecánico, tenía que hacer todo yo solito. Me acuerdo una vez que fui al norte con mi camioneta, bajaba la moto en una bomba de bencina, andaba 500 kilómetros, volvía a la bomba para subir la moto a la camioneta y después me iba para la cabaña. O de repente, dormía en la misma camioneta. Es así todo esto. Cuando uno quiere algo, tiene que luchar y perseverar. Tiene que tener la mirada muy firme en lo que quiere. Cuando uno tiene un sueño, no te llega por el teléfono o por una aplicación del celular. Hoy está todo el mundo esperando a que le salga un rey mago del celular y le cumplan los sueños. Por suerte, nací en un época donde los smartphones no existían y creo que esa es la clave. La perseverancia es el secreto máximo para lograr las cosas que uno quiere. Imagínate, yo ahora estoy auspiciado por las mejores marcas del mundo. Antes, ni siquiera tenía auto. Tenía que pedirle prestado la camioneta a mi hermana para ir a entrenar o tenía que pedirle prestada las motos a mis amigos para ir a correr un rally al norte para ganar el wild card al Dakar. Siento que ese es el secreto: luchar y luchar multiplicado por 5000”.