No cabe duda que lo mejor está por venir. Nicolás Jarry quedó eliminado en semi finales del ATP 500 de Kitzbuhel ante el uzbeko Denis Istomin por parciales 5-7, 7-6 y 4-6. Pese a la derrota el espigado nacional cerró una semana increíble y en donde aseguró su entrada al Top 50 del orbe.
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Con las semifinales alcanzadas en la ciudad austríaca, Jarry podrá inscribirse en cualquier torneo que se le apetezca hasta fin de año. Un privilegio que sólo tienen algunos tenistas dentro del circuito mundial.
El gran momento de Jarry se refleja en su juego y en su capacidad batalladora para imponerse en lo tie breaks. Sin embargo, aún le faltan cosas por pulir. “Le falta correr mejor hacia los laterales cuando le juegan a los ángulos abiertos, y en particular hacia el drive. Ahí tiene el déficit, pero les pasa siempre eso a los tenistas altos, como Del Potro o Kevin Anderson, con algunos problemas de coordinación en las técnicas de desplazamiento”, apunta Juan Szafrán, Analista de Espn a El Mercurio.
La buena noticia es que desde el lunes, Jarry aparecerá como 43° del mundo. Un logro que ilusiona pensando en su corta edad y que la plenitud de un tenista llega bordeando los 30 años. A la fecha es el sexto jugador con más victorias en tierra batida en lo que va del 2018 (19 partidos ganados y 10 perdidos). Un registro que refleja el gran tenis por el que pasa el nacional.