Tal y como los pronósticos lo preveían, los dirigidos por Marcelo Grioni apostaron por el empate desde el primer minuto de juego y, a pesar de las insistencias y presión sin brújula de los ‘hispanos’ ninguno batió la red. Unión Española luchará por su continuidad en la Copa Conmebol Sudamericana ante Sport Huancayo el próximo 8 de marzo en los pastos del Estadio Huancayo a 3000 sobre el nivel del mar.
Camilo Zavala P.
Daniel Campusano G.
Ambos planteles venían de sufrir un traspié en sus torneos nacionales, pero tanto Martín Palermo como Marcelo Grioni apostaban por reafirmar la confianza en sus jugadores y repetir prácticamente el esquema inicial de sus partidos anteriores.

Sin embargo, Sport Huancayo incluyó dentro de sus titulares a Alfredo Rojas y Sebastián Lojas, en desmedro de Marco Valverde y Waldir Calderon con el objetivo de reforzar la banda derecha.
Unión Española salió con la responsabilidad de hacerse fuerte en casa y de conseguir un buen resultado, sin goles en contra, para afrontar de la mejor manera un partido de revancha en la altura, que últimamente no se le ha hecho fácil.
La formación fue un clásico 4-4-2 que apostaba al control del balón, precisión de sus pases, mucho juego por las bandas y centros aprovechando la altura de Tobías Figueroa (1.92 m), sin desesperarse por inflar las redes rivales.

Por su lado, Sport Huancayo tenía totalmente claro cómo venir a jugar al estadio Santa Laura. Se pararon en el terreno de juego con un 4-2-3-1, que en parajes del juego se convertía en una especie de 5-4-1, dejando siempre a Carlos Neumann como única opción de descarga y ataque.
Su idea de juego era esperar a Unión Española, dejarlos atacar hasta ¾ de cancha, pero presionar sus pases cortos y no dejarlos controlar fácil ni darse vuelta con miras al arco. Siempre manteniendo el orden dentro del campo de juego y no arriesgando en las contras.
“Pudimos ser un equipo aguerrido y adecuarnos al partido. Nuestra estrategia era salir a jugar con un delantero, dos extremos más un enlace y nos funcionó. Unión nos llegó poco”, expresaba el estratega Marcelo Grioni en la conferencia de prensa post partido.
90 minutos de desconcierto
Los primeros minutos del encuentro fueron tal cual lo previsto. Unión Española tenía el total control del balón, pero no del partido, ya que el encuentro era muy trabado. Los de Huancayo dejaban avanzar a los ‘hispanos’, pero no les permitían armar jugadas de peligro de ¾ de cancha en adelante y la precisión de los locales dejaba mucho que desear, perdiendo muchos balones que los visitantes podrían haber aprovechado de contra.
“¡Ustedes se dedican a esto! ¿Cómo no van a dar tres pases seguidos?”, exclamaba con rabia y enojo uno de los simpatizantes del cuadro hispano tras ver como el equipo de sus amores no encontraba las asociaciones características de su juego de posesión.
Fue así como pasados los primeros 15 minutos de juego los dirigidos por Marcelo Grioni tuvieron las dos ocasiones más claras del primer tiempo. Ambas por la izquierda de su ataque y con gran protagonismo del joven volante nacido en Chicha Alta, Marco Lliuya.
En apenas dos minutos de diferencia, los peruanos desviaron una clara opción de remate y en la siguiente exigieron al portero Diego Sánchez que tuvo una buena reacción.
Luego de ese pequeño lapsus de reacción de Sport Huancayo, Unión Española retomó la posesión y adelantó sus líneas, pero sin decisión, precisión ni ideas. Fue así como los últimos 20 minutos del primer tiempo fueron de trámites y roses, sin ninguna ocasión de peligro en las porterías.
A penas iniciado el segundo tiempo Unión Española tuvo una de las más claras del partido. Tras un grueso error de la defensa huancaína, el portero Carlos Solís tomó con la mano un claro pase con el pie de uno de sus compañeros y generó un peligroso tiro libre indirecto en la entrada del área chica. Sin embargo, el tiro libre de los rojos se fue a la barrera y tras una serie de rebotes el árbitro Omar Ponce cobró falta en ataque.

De ahí en adelante los segundos 45 minutos no variaron mucho. Si bien la intensidad del partido subió y los de Unión Española entraron más agresivos y decididos al campo de juego; la imprecisión, pocas ideas de juego y cansancio no dejaron a los hispanos mostrar su mejor versión del semestre pasado.
Sport Huancayo se aferró a su libreto. Cada vez que pudo se demoró en reanudar el juego, tratando de enfriar el partido y a su rival. Esto pronunció aún más la imprecisión y falta de ideas en los de Unión, hasta que en los 15 minutos lograron un buen centro por izquierda y Figueroa exigió con un buen cabezazo al arquero Solís, quien se había ganado amarilla por hacer tiempo unos minutos antes.
Martín Palermo no podía entender lo que sucedía dentro de la cancha y dentro de su desesperación hizo tres cambios que no terminaron de convencer a los 3602 espectadores que llegaron al Santa Laura.
Pensando en tomar las riendas del partido, el Titán inexplicablemente manda a la cancha a Sebastián Jaime para reemplazar a Gary Tello, cuando estaba realizando su mejor desempeño del partido.
Minutos más tarde, cuando Pablo Aránguiz estaba tomando las riendas del equipo lo sustituyó por Israel Poblete y Pablo Galdames entró por Santiago Gallucci. Estos últimos dos cambios generaron total asombro en la hinchada hispana ya que la dupla Abbondanzieri/Palermo metieron a dos volantes con funciones más defensivas cuando la Unión luchaba por llevarse la victoria.
El partido ya era un suplicio amargo para las casi tres mil personas. En vez de darle oxígeno al equipo, las alternativas de Unión Española no supieron poblar de forma positiva el medio campo.
Tobías Figueroa y Sebastián Jaime estaban totalmente aislados, sin recibir ninguna pelota con claridad y menos un buen centro por parte de sus compañeros, por lo que Unión no pudo generar peligro en el resto del partido.

En tanto, Sport Huancayo no se inquietó y, a pesar de que pudo aprovechar un par de contras que tuvo, se conformó con el empate y nunca se desordenó. Paciencia táctica y apostando a cerrar la llave en la altura de Huancayo agarrando un punto de oro en Independencia.
En el último minuto de juego Unión Española pudo recibir el premio mayor y llevarse un triunfo por una falta en el borde del área -que significó la doble amarilla y expulsión de Rodrigo Colombo-, pero como fiel reflejo del partido de Unión Española, el tiro libre de Israel Poblete se fue a la barrera y el árbitro ecuatoriano dio por finalizado el partido.
“No encontramos nuestro funcionamiento”
Silencio absoluto hubo en la sala de prensa de la catedral del fútbol al momento en que el técnico de Sport Huancayo se dirigió a los micrófonos. De los casi 10 medios de comunicación presentes, sólo dos de ellos hicieron preguntas.
De lo más destacable de aquella alocución es la forma de juego que utilizarían los peruanos en la sierra incaica. “Será un partido distinto. Aprovecharemos nuestra localía al máximo y nuestro juego se centrará en los costados a diferencia de lo que fue hoy (ayer) que se centró en la segunda pelota”, declaraba Grioni.

Si Martín Palermo y compañía no estuvieron atentos a estas declaraciones, ya deberían enfocar su forma de juego en las fechas del campeonato nacional pensando en este trascendental duelo copero que será la primera semana de marzo.
“No tuvimos la claridad suficiente. Carecimos de ideas y abusamos del pelotazo. El rival sabe qué planteo viene a hacer y no estuvimos a la altura de la circunstancias”, expresaba ofuscado un elegante Martín Palermo acompañado de Diego Sánchez, su capitán.
“El pelotazo era lo que menos teníamos que hacer. La idea era sacar un buen resultado en casa y no lo hicimos. Ellos quieren matar la serie allá”, declaraba esta vez el Mono.

El fútbol tiene cuatro momentos del juego claves. Uno de ellos es la transición desde la zona defensiva hacia la ofensiva. Es en este punto donde los hispanos anduvieron bajísimos y deben mejorar urgentemente para llegar afinados a la vuelta en la altura de Huancayo.
“El funcionamiento tiene que mejorar mucho más. No creo que algunos estén en su mejor nivel. El que tiene la pelota no sabe qué hacer. Nosotros le damos todas las herramientas posibles a los jugadores pero son ellos los que interpretan y aplican en la cancha lo que repasamos en la semana”, exponía en su última alocución el ídolo xeneize.

Una cosa es clara: Martín Palermo está en lo correcto de que el funcionamiento colectivo debe mejorar. La Unión no demostró aquella fluidez mostrada ante la Universidad de Chile y con un hombre menos ante Palestino.
Sin embargo, los partidos coperos son distintos. Nos extraña la insistencia a la forma de jugar del cuadro hispano considerando el gran bagaje internacional que tuvieron el Pato Abbondanzieri y Palermo en sus etapas como jugador.
El gran desafío es afinar e innovar con argumentos tácticos más directos para romper el cerrojo de Sport Huancayo. Un candado en la altura estará reforzado con dientes afilados y listos para el contragolpe por los costados. Los artífices para lograr esta idea, los tiene.
Unión tendrá tres partidos antes del duelo definitorio: Deportes Antofagasta, Curicó Unido y Universidad de Concepción. De los tres, dos juegan similar a lo que pregonan los peruanos como locales. La misión Huancayo ya comenzó.