Chile está a sólo días de debutar en su primera Copa del Mundo de Rugby. Una hazaña que trasciende no sólo los cánones deportivos sino también aquellos cánones que permiten difundir, comercializar y masificar la disciplina del rugby.
Por Dante Comiso
3 grupos de avanzada partieron rumbo a Francia. El próximo 10 de septiembre, Los Cóndores debutarán ante Japón en lo que será su primera Copa del Mundo. El debut mundialero será un privilegio que pocos países lo cuentan. Sólo 20 equipos pueden ser partícipes de esta fiesta planetaria ovalada.
En lo deportivo, el mundo del rugby coincide universalmente en un mismo propósito: Chile debe ir a competir, sumar puntos y ganar experiencia. Además de este gran objetivo, la Federación Deportiva Nacional de Rugby presidida por Cristián Rudloff viaja al continente europeo con 2 conflictos implícitos que deberá resolver pronto.
Estos tienen que ver con los derechos de imagen de los jugadores y del proceso. Muchos emblemas de los Cóndores han sido rostros de campañas publicitarias de sus auspiciadores. Ellos han posado para diversos spots publicitarios sin retorno económico alguno. Algunos, ya evalúan querellarse contra la federación terminado el mundial.
Sólo por dar algunos números, la imagen publicitaria del Banco de Chile está avaluada en 10 millones de pesos por cada comercial que sale en la TV. De esos 10 millones, el retorno recaería todo en Chile Rugby, arista totalmente opuesta a lo que ocurre en el fútbol con Lionel Messi y sus sponsors vinculados a la Selección Argentina. ¿Jugada maestra o sucia?.
Otro tema más preocupante aún es la mala práctica o quizás viveza para algunos, sobre el tratamiento de las imágenes que se rescaten durante la cobertura de Francia 2023. Hace unos días, fuentes cercanas a la Federación afirmaron a este medio que la Gerencia Comercial del ente habría obligado a firmar un contrato de cesión de derechos a un reconocido reportero gráfico. “Lo pusieron entre la espada y la pared. Si no firmaba, no se subía al avión”, señalan.
Esta firma de contrato atentaría contra la propiedad intelectual de quien saque o capture cada una de las jugadas de Los Cóndores en su aventura galesa. Desgraciadamente, aún no existe una ley de prensa que le dé espalda a este tipo de situaciones. Por ende, el actuar de algunos personeros estaría amparada bajo este vacío legal.