Han pasado 5 días desde la final de la Copa Confederaciones en donde Chile cayó por la cuenta mínima ante Alemania. El actual campeón del mundo se adjudicó el torneo intercontinental con un promedio de edad de 25 años. Para algunos, esta nueva corona alemana es una mera casualidad. Sin embargo, todo este éxito se debe a un adelantado que construyó las bases de lo que hoy es la selección alemana en su totalidad. Su nombre: Dietrich Weise.

PD Chile

Con el triunfo de los germanos, Joachim Low rompió el record de 103 victorias al mando  de la selección campeona del mundo y que en Rusia asoma como la principal candidata a llevarse nuevamente el trofeo.

Todo esto por la calidad de sus jugadores. Sin embargo, esta gran camada ha traído resultados debido a una gran estructura de formación que viene desde 1998 y que fue ideada por el señor Dietrich Weise.

En 1978, Weise comandaba las selecciones menores del país germano. Cuatro años antes, en Inglaterra, los adultos ganarían el mundial. Pese a este triunfo, Weise se cuestionaba lo siguiente: “¿Por qué si somos la nación futbolística más poderosa en el mundo, nunca hemos ganado ningún título en las divisiones menores?”.

El adelantado adiestrador se dió cuenta que al igual como ocurre en sudamerica en el presente, en Alemania las oportunidades para ser futbolista no eran para todos. Muchos niños debían recorrer largos camino para ir al colegio. Otros, venían de pequeñas ciudades y no les alcanzaba con su potencial.

Para subsanar este punto, Dietrich reclutó a un equipo de ojeadores para que vieran partidos de menores alrededor de toda Alemania. Evitó decirles sus preferencias para que así tuviesen la mente abierta a la hora de elegir.

El plan funcionó, y durante tres años al mando, Alemania se coronó en el Europeo Sub18 y en el Mundial Sub20, con jugadores de todas partes del país. Tras su marcha, las selecciones juveniles, Sub18 y Sub20, no volvieron a ganar otro trofeo hasta el 2008.

Fracaso europeo

Veinte años después, la federación alemana de fútbol necesitaba repuntar tras su fracaso en la Eurocopa del 2000 y decidió recurrir nuevamente a los servicios de Dietrich Weise.

Los alemanes se adjudicaron la realización del mundial en 2006 y querían ante todo ser competitivos. En ese entonces, los directivos tenían una sóla idea en mente: más es mejor. Con Weise a la cabeza, decidieron crear más escuelas de fútbol con más entrenador para así tener una mayor cantidad de opciones a la hora de nominar jóvenes talentos para un seleccionado menor.

Weise quiso en un principio replicar el modelo francés. Este consistía en la creación de centros de entrenamientos federativos para luego utilizarlos como modelos para los clubes profesionales. Sin embargo, las escuelas galas se desarrollaron mucho más rápidas que las alemanas, por lo que este modelo se transformó obsoleto.

La solución de Weise fue obligar a los clubes de primera división a crear centros de rendimiento para menores. Logrando así que más jóvenes tengan una escuela cerca para poder entrenar.

Fueron 121 centros regionales que proveyeron dos horas de entrenamiento en técnica individual a 4000 chicos de entre 13 y 17 años una vez por semana.

Diez mil chicos Sub 12 también recibieron clases de futbol. “Todos debían tener acceso a un centro de formación en un radio de 25 kilómetros”, expone Weise a Raphael Honigstein en su libro Das Reboot.

Cualquier país que quiera legitimar su fútbol debe leer esta obra maestra para aprender del revolucionario proceso alemán. En el caso de Chile, donde se pone en duda el recambio generacional, la lectura de este escrito debe ser inmediata.

Otro identificado por el ex adiestrador teutón, recaía en la calidad de enseñanza de las escuelas de fútbol. Muchas veces los equipos eran entrenados por padres que veían a la dirección técnica como un simple hobby.  En los pequeños, se les desencadenaba un desorden emocional ya que sabíansi hacerle caso al profesor o a sus padres.

Para evitar esta confusión y profesionalizar la enseñanza a nivel nacional, la federación alemana junto a Weise, introdujeron una licencia especial para entrenadores de menores.

En el año 2000, habían más cien entrenadores en los centros federativos de desarrollo de menores, hoy en día hay más de cuatrocientos.

Un problemón para Löw

La gran gestión deportiva impulsada por Dietrich Weise hizo que Alemania puede gozar hoy de de más de 50 jugadores “convocables”.

Un resultado de esta nueva  política, es la nueva esperanza de gol que recae a la figura de Timo Werner, ante la preocupación por el retiro del histórico goleador,  Miroslav Klose.

La estrella del RB Leipzig fue uno de los  pichichis en la pasada Bundesliga y se llevó la Bota de Oro de la Confederaciones.

Por cultivar este modelo, también apareció el sustituto de Phillip Lahm en la banda derecha, Joshua Kimmich, y nuevas alternativas para el puesto de mediocampista central (Sebastian Rudy y Leon Goretzka), extremos (Amin Younes, Julian Draxler y Julian Brandt) y defensa central (Niklas Sule, Matthias Ginter, Antonio Rudiger y Shkodran Musta ).

Para Rusia 2018, Joachim Löw tendrá opciones de sobra para escoger. Cuando  todo Chile sufre por la falta de recambio, el principal problema del adiestrador alemán será elegir sólo 23.