Una de las lesiones que más a aquejan a los futbolistas amateurs y profesionales es la rotura de ligamento cruzado que afecta a las rodillas. Un mal movimiento puede desarticular los estabilizadores que unen el fémur con la tibia y podría dejarte varios meses sin tocar la caprichosa. ¿Qué debes tener en cuenta para una buena recuperación? Te lo contamos a continuación.
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Antes de comenzar a delinear la recuperación de esta severa lesión debemos entender algunos conceptos. Lo primero que hay que tener en claro es que “el ligamento es un estabilizador pasivo. Si mi articulación se va a desplazar, lo primero que lo va a frenar son mis tendones y la musculatura. Por ejemplo, yo al golpear la pelota, lo primero que me frenará será el isquiotibial. Con la fuerza de este, se va a frenar mi pierna y será lo primero que estabilizará esa rodilla”, expone Cristián Vidal Macías desde el Rehab Solutions.
“Si el isquiotibial no tuviese la fuerza suficiente para poder frenar la fuerza del cuádriceps que es el músculo que lleva la fuerza hacia adelante para golpear la pelota, lo más probable es que se desgarre o el ligamento se rompa”, agrega Vidal.
Generalmente, los pacientes que padecen esta patología son sometidos a una artroscopia. Ya reducida la zona de inflamación hay que pasar a la etapa más importante: la rehabilitación. Antes de eso, Vidal Macías enumera una serie de observaciones que servirán de utilidad gran ayuda en la terapia kinésica.
“Hay que trabajar mucho la fuerza, la hipertrofia y la hiperplasia. Esto tiene que ver con el crecimiento de otras fibras musculares. Al romperse el ligamento, hay muchas fibras que quedan muy disminuidas y entonces hay que darles volumen en base a fuerza y grosor de aquel tejido”, describe.
La operación de ligamento cruzado parece sencilla. Sin embargo, es bastante invasiva para la rodilla. Vidal Macías argumenta brevemente las claves de esta operación donde remplazan el ligamento con un injerto extraído desde tu propio cuerpo.
“El injerto se hace en base a dos músculos que son parte de la pata de ganso. Estos son el grasi y el semi tendinoso. Se sacan parte de esos tendones y forman el nuevo ligamento. La fibra es muy parecida al ligamento cruzado pero es un poco más elástica. El cruzado se lesiona harto porque es una fibra mucho más plástica”, destaca.
Una recuperación engañosa
Hace unas semanas, el pueblo colocolino sufrió una baja importante en su bloque defensivo. Fernando Meza tenía una recaída de su lesión al ligamento cruzado anterior y debía nuevamente entrar a quirófano.
“Lo más probable que le haya pasado es que jugando o chuteando el balón, haya tenido un desprendimiento de la adherencia producto de una fuerza mayor. Ese tendón genera adherencia para quedar estable. Al forzarlo se despega y eso se demora mas o menos 2 meses en recuperarse. La recaída sería principalmente por un tema de fuerza y pérdida de volumen. También puede la faltaba capacidad de priocepción que es la capacidad para mantener estable dicha articulación. En caso de que el desprendimiento haya sido total, no queda otra opción que volver a operar”, expone Cristián Vidal Macías.
“Durante esos dos meses, se debe trabajar la inflamación. El trabajo muscular es mínimo. Es casi isométrico para no forzar la articulación”, agrega. El argentino ya se recupera de su operación y espera realizar una excelente rehabilitación que se prolongará por al menos 6 meses.
Durante ese periodo, Meza tendrá que trabajar la hipertrofia e hiperplasia mencionada por Vidal Macías. Dos aspectos que determinarán si podrá volver a ser competitivo.