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Testimonio de una hazaña patagónica

El sábado 21 de octubre de 2017 se imprimió una nueva hazaña en la historia del deporte blanco chileno, luego de que tres deportistas nacionales descendieran en esquí por una línea inexplorada desde la inclinada pala de nieve en la cara sur del Cerro Castillo en la región de Aysén, Patagonia. Conoce a continuación el Testimonio PD de dos de sus protagonistas.

Camilo Zavala P.

El equipo, compuesto por los atletas de la marca The North Face Vicente Sútil y Sebastián Rojas, además del destacado esquiador nacional, Raimundo De Andraca, están nerviosos. Cada vez llega más gente a las inmediaciones de un centro comercial de la zona oriente.

El Vicho, el Mundi y el Seba están parados en la tarima frente a la ola artificial. Saben que es su momento. Estarán a punto de mostrarles al público asistente lo que vivieron ellos en carne propia en el asalto al gigante patagónico.

Tras finalizar el cortometraje que dura casi 8 minutos, la gente queda atónita. Sin palabras y maravilladas. Los chiflidos, aplausos y abrazos llueven en  el cuerpo de los protagonistas de esta historia. Entre las congratulaciones,  uno de ellos accede a conversar con Panorama Deportivo y esto es lo que pudimos rescatar.

Para nosotros eres un pionero de la montaña. Todo aventurero debe presentarse. En ese caso, ¿Cómo te presentarías?

“Mi nombre es Vicente Sútil, tengo 23 años. En este minuto estoy estudiando. Estudio cuatro meses ingeniería comercial y el resto estoy dedicado al ski. Agarro los seis meses de temporada en Chile y luego me voy a la temporada europea o canadiense, dependiendo del año”.

¿Cómo nace esta idea de ir a bajar el Cerro Castillo en la Patagonia chilena? Una zona que es muy extrema y muy riesgosa con climas muy cambiantes y en donde ha muerto gente.

“Sí es verdad. Uno de sus factores más difíciles es que la meteorología es muy impredecible en la Patagonia. Es el lugar que más cambia de clima en el mundo, mucho más que Alaska y esta idea nace porque estuvimos haciendo varios descensos de montaña importantes en Chile central. Entre 4500 – 5000 metros, entre ellos el Cerro El Morado y el Punta Negra por el canal Buraquio. Y esto fue una gota de motivación porque queríamos explorar algo realmente vírgen. Allí nace la idea de explorar la Patagonia porque sólo había sido tocada por los mejores esquiadores del mundo entre ellos sueco Andreas Fransson. Él junto a  freeskier canadiense JP Auclair, fueron aplastados por una avalancha cuando subían el Cerro San Lorenzo. Ese cerro queda al lado del Cerro Castillo y como fallecieron, la línea quedó en carpeta. Empezamos a investigar y dijimos ¡Ok, llevémoslo a cabo! Conseguimos apoyo de las marcas y nos fuimos”.

Esta exploración nace con el fin de dejar una huella en la montaña. ¿Cuál es el principal propósito que los motivó a hacer esto? Ir a la Patagonia, manejar muchos kilómetros, estar con el riesgo latente de morir aplastado por una avalancha. ¿Por qué están dispuestos a soportar esto?

“La verdad que la montaña cambia todos los años. Cambia siempre. Más allá de dejar tu línea marcada es haber sido el primero en explorarla. Más allá  de lo que la gente piense y te reconozca en ser el primero, yo lo asocio con la mentalidad de un niño. Ese niño que nace y tiene todo un mundo para descubrir. Él empieza a buscar cuál es su mundo, qué es lo que pasa en ese mundo. Empieza a explorar y allí ve lo que le gusta. El hecho de poder ser el primero en explorar un lugar, en vivirlo y en sentirlo; te genera esa sensación de experimentar cosas nuevas en cada momento y ver qué es lo que pasará. Y lo más sorprendente es que nadie te lo pautea. Es real. Es como si volvieses a tus raíces. Todo es por instinto”.

Cuando ya llegaron a la Patagonia, ¿Cuál fue el primer obstáculo que tuvieron que superar?

“El primer obstáculo para partir fue el clima. Nosotros esperamos la ventana un mes y lo tuvimos que correr dos semanas más para poder agarrar las condiciones perfectas. Esquiar con buena nieve, tener un sol que nos alumbrara. Después, cuando ya llegamos y nos aproximamos a la línea; nuestro primer problema fue que la noche estaba oscura. Al ser un lugar inexplorado donde no hay registro de cómo es, llegamos e investigamos. Nos quedaban dos horas de noche aún antes de que amaneciera y no podíamos subir para ver a qué nos íbamos a enfrentar. Cómo subiríamos y cómo bajaríamos. Qué tan empinado sería. Y, una vez que lo pudimos ver, allí dijimos: ¡Ya, por ahí vamos a subir y por ahí vamos a bajar, ¡démosle!”.

 

Cuando ya estaban subiendo, ¿sintieron algún temor? Algo así como: “No está muy peligroso, muy complicado. ¡bajemos!”.

“Sí, lo sentimos. Ya subiendo, llevábamos como dos tercios y ahí tuvimos un problema con una nube. El pronóstico decía despejado y de la nada empezó a entrar una nube que empezó a tapar El Castillo. Todo por el clima cambiante de la Patagonia. Allí nos preguntamos: ¿Qué hacemos aquí?. Si seguíamos subiendo, esta nube nos podía dejar tapados en la mitad, sin ver hacia dónde ir, nada. Verdaderamente, allí nos dimos cuenta que estábamos en un lugar realmente al límite. Entonces, nos calmamos. Nos frenamos. De hecho, en un momento, las cámaras ya no nos veían. O sea, el proyecto audiovisual estaba frenado. Sin cámaras, no hay registro. Esperamos dos horas allí hasta que la nube disipó. Tuvimos mucha suerte. Luego,  tomamos la decisión de seguir subiendo un poco más, pero durante las dos horas que estuvimos parados, perdimos tiempo. En ese lapso, la montaña se calienta y empieza a caer todo el material porque la nieve se empieza a derretir. Entonces, empiezan a caer avalanchas y se tornaba muy peligroso. La montaña, literalmente, se nos venía encima. Allí tomamos la decisión. Quiero dejar en claro que la montaña es un equilibrio entre la vida y la muerte. Cuando se te carga para la muerte, te pones los skíes y tienes que bajar. Y eso fue lo que hicimos. Quedamos a media hora de la cumbre de la línea.  Pero, quizás esa cumbre te puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”.

¿Cuáles son los peligros que implican subir un cerro y percatarse ya en ascenso del acecho de una nube sobre todo en Patagonia?

“Como te decía antes, son lugares inexplorados. Necesitas la visibilidad perfecta para así saber bien dónde estás y hacia dónde tienes que ir. Sin ellas, quedas perdido. No sabes hacia dónde tienes que ir ni a lo que enfrentarás. En ese caso, es mejor parar y esperar a que el clima te acompañe. Eso es fundamental en lo que hacemos nosotros. Es como para un surfista y su ola. Si la ola no está buena, no te vas a meter. Si a nosotros el clima no nos está acompañando, no nos vamos a meter tampoco”.

En el video fuiste el primero en hacer la línea del Cerro Castillo. ¿Qué sentiste en ese momento y cuánto duró?

“Fue algo que me estaba esperando y lo único que quería era hacerlo. Te mandas todo el trepa para arriba, escalas 6 horas y también lo pasas increíble. Uno va como gato hacia arriba y poder tener la suerte de ser el primero y en el fondo, desvirginear esa pared. Puta, es indescriptible. Aparte que una vez que la haces, después puedes hablar por radio con los siguientes esquiadores. Entonces, allí les dices dónde tener cuidado. Son bajadas de 1000 metros de altura. En los primeros 400 metros, te puede tocar un estilo de nieve. Después te puede tocar otro estilo. Va mutando todo el rato. Puedes informar a tus compañeros de cómo está la bajada”.

A medida que va cambiando el estado de la nieve, ¿la técnica de esquiar también cambia?

“Sí, cambia completamente. Depende de que calidad de nieve tengas y la calidad del ski también. Con una buena nieve polvo, arriesgas más pero te sientes más cómodo. Después en una parte de hielo, está todo en tu contra. Los cantos no se agarran, te estás yendo hacia abajo y tienes que esquiar casi saltando. O bien, en una nieve polvo, se te puede enganchar el ski y sales disparado. Eso es lo más complicado de este estilo de bajadas. Bajas muy rápido y vas adaptándote todo el tiempo, por instinto. Es una bajada de un minuto y medio donde en cada momento te adaptas a algo nuevo”.

Terminando esta emocionante entrevista y que imagina a cada lector; las situaciones extremas, paisajes alucinantes y peligros latentes en cada minuto de la expedición llegaban a su fin. De pronto, un chico alto, flaco; con short calipso, zapatillas negras y camisa rosada, se acerca  hacia donde estamos.

“Este es el cabro del que te hablé”, me comenta con orgullo, Vicente Sútil. Es Raimundo de Andraca, destacado esquiador a nivel nacional, con grandes viajes a Mammoth y centros de ski europeos.

¿Cuáles son sus próximos proyectos como equipo?

“Bueno, tenemos varios proyectos en carpeta. Queremos hacer unas cuantas  expediciones más a la Patagonia en los próximos meses. En el sector del Chaitén, en Argentina. Allí eenel cordón del Fitz Roy, por ahí. Allí hay varias montañas que son interesantes y que nos interesan abrir en líneas de ski. Y en la Zona Central, también tenemos un potencial gigantesco Y allí estuvimos centrados en abrir nuevas líneas y entrenando harto para lo que sería El Castillo. Y aún queremos continuar con este tipo de aventuras al más puro estilo Backcountry. Muchas de ellas, quedan cerca del Cajón del Maipo. Algunas de ellas más al norte y otras, más al sur”

¿Y la Antártida? Al escuchar esta pregunta, Sutil y De Andraca se miran entre ellos con ojos iluminados. Hay un pequeño silencio.

“Bueno, la Antártida es una de las partes donde nuestro país tiene territorio allí y está completamente inexplorado. Pero eso es una expedición que requiere experiencia y muchos años de Backcountry y no estamos listos aún.”, responde Sutil.

“Sí, eso es algo que nos llama mucho la atención. Pero claro, imagínate la logística de lo que es Patagonia. Para la Antártida debe ser totalmente más complicada. Pero es un lugar que no termina de llamarnos la atención y estamos esperando a ver cómo se nos da en el futuro porque sin duda alguna, está en carpeta. Nadie lo puede negar”, complementa De Andraca.

“Sí, estamos muy motivados esquiando por los Andes Centrales y tratando de estar en la nieve todo el año. Haciendo dobles temporadas prácticamente desde hace cinco años. A fin de año nos vamos a Chamonix, que es donde estén los mejores exponentes del descenso. Para volver a Chile con toda la experiencia y abriendo líneas nuevas en más cumbres del país”, sostiene el Mundi.

“Sí. Aparte que en el ski en Francia existe desde los años 30-20 y está todo abierto. Tenemos donde aprender. Mientras que en Chile, está todo virgen. Hay mucho por explorar”, agrega esta vez el Vicho.

Ustedes son conocedores de gran parte de los Andes Centrales. No me puedo ir de aquí sin hacerles esta pregunta. ¿Cómo les afecta a ustedes la deterioración que ha hecho el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo en todas las cumbres ubicadas en la cuenca del río del mismo nombre hacia arriba?

“Bueno, el Cajón es uno de los lugares que hemos ido casi toda nuestra vida. Es uno de los lugares de clase mundial del Freeride y ha sido súper impactante para nosotros en lo personal este tema. Ya que, como te digo, de ser un lugar completamente natural y salvaje, pasó a haber una Hidroeléctrica gigantesca. A simple vista, uno no puede ver exactamente el deterioro que está pasando. Nosotros vamos mucho con extranjeros hacia el Cajón a hacer líneas y a cada uno hay que explicarles la situación. A veces llegas a la portería de Alto Maipo y no te dejan ni entrar. Ya está todo el campamento, es súper invasivo. Las bombas también, sonando. Se siente súper pero súper invasivo para el ser humano este proyecto. La comunidad general está toda en contra como bien ya se sabe. Y a largo plazo, estará teniendo un daño bastante grande al lugar. A nosotros el Cajón del Maipo es algo que nos preocupa ya que es nuestro patio que nos entretiene todo el año”, responde esta vez Raimundo de Andraca.

“Aparte que es el panorama familiar de muchos santiaguinos y está relativamente cerca. A casi una hora y lo están destruyendo”, aryuye Sutil.

¿Y qué les decían ellos?

Mira nosotros hemos estado con Polacos, Americanos, Daneses, Frances, Suizos y la verdad es que no pueden creer. Ellos que viven en el Hemisferio Norte es como casi insólito que se haya autorizado un proyecto de estos cabales en lugares tan increíbles como es el Cajón del Maipo. Todas las veces, que recibimos a extranjeros nuevos cada año es una nueva conversación pero con el mismo tema de fondo. Es allí donde te das cuenta donde en otros lugares, santuarios de la naturaleza como el que tenemos son parques nacionales y aquí es una hidroeléctrica que está haciendo mierda el lugar. Para nosotros, el Cajón es uno de los lugares más perfectos para Freeride, Escalada Mixta y en hielo un verdadero paraíso”, enfatiza con enojo y asombro el Mundi.

Y, ¿Cómo creen que se soluciona este conflicto?

“La comunidad de montaña entera ha estado en contra de este proyecto. Siempre tenemos la esperanza de que este proyecto va a terminar por irse. Como muchos ya sabemos y han leído, al parecer no están dando los números para ellos. La Montaña le ha hecho muy difícil las cosas. Ha habido accidentes de trabajo, han habido avalanchas y han impedido su ejecución. Creemos , esperamos y anhelamos que la Montaña va hacer su equilibrio. Se darán por vencidos y se irán”, finaliza.

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