Cerca de 1300 personas asistieron a Municipal de La Cisterna para presenciar el partido de la fecha 15 entre Palestino y Santiago Wanderers. Tras un empate sin goles, Palestino mantiene la categoría y los caturros disputarán la promoción ante Unión La Calera. “Sabíamos que esto podía pasar”, se excusó Nicolás Córdova en zona mixta.
Camilo Zavala P.
Camino al estadio, los hinchas caturros y baisanos que transitaban por Av. El Parrón se tiraban bromas con el fantasma de la B. Los porteños soportaron los 36° de calor para ver a su wanderito querido una vez más.
En tanto, los sufridos hinchas de Palestino se reunían en la entrada principal del Municipal de La Cisterna al ritmo de música árabe, bebidas heladas y sanguchitos de pernil con palta. “Formación titular de Palestinoooo”, se escuchaba desde los parlantes del estadio. Al oír en nombre de cada uno de los jugadores, los Baisanos chiflaban y aplaudían.
Diecisiete horas con 02 minutos, Roberto Tobar daba el pitazo inicial. Ambos equipos se encontraban muy nerviosos en el trato del balón. Ningún elenco lograba marcar supremacía en el medio campo ni menos en las áreas.
El partido se vive más en las tribunas que en las canchas. Hinchas caturros mezclados en las tribunas con los tricolores, le recriminaban a Nicolás Córdova la actitud de sus jugadores. Sabían que era una final y le exigían al técnico jugarla como tal.
Ya el reloj corría el minuto 19 y el duelo prácticamente estaba congelado. Palestino era asfixiado en la salida por los caturros, obligando a Matías Rosende a descargar hacia atrás con sus defensas.
20 segundos y un silencio de velorio cae en toda la tribuna andes. Era el gol de Curicó Unido que entristecía, preocupaba e impacientaba a porteños y tricolores. Mientras el murmullo copaba las tribunas, Roberto Tobar enfriaba aún más el ambiente mandando a los jugadores a hidratarse.
Ya con la pelota en cancha, Santiago Wanderers seguiría buscando el arco de Darío Melo. La más clara sería antes del descanso: Jean Paul Pineda se saca a dos defensas en menos de un metro, desborda por el sector izquierdo pero finaliza muy mal el jugadón, enviando la caprichosa a las nubes.
Un minuto más tarde, Palestino también se perdería una chance clara de gol. Con un tiro libre indirecto mal ejecutado, Rosende tenía todo para fusilar a Castellón pero mandó el balón a las dependencias del Centro Deportivo Azul.
Ya en el segundo tiempo las cosas no serían distintas. El compromiso toma un tono opaco y las hinchadas se impacientaban. Sólo tres remates al arco y nada más de acción. En los minutos finales, German Cavalieri ordenaba a sus jugadores que no salieran a presionar la salida. El argentino sabía que debía aguantarlo como fuese porque las piernas ya no daban.
“Olé, le, le, Ola, la, la; el Tino es de primera y allí se quedará”, cantaba la tribuna esperando el pitazo final del compromiso. Serían cinco minutos extras de infarto. Ambas escuadras reventaban la pelota a las áreas contrarias buscando que se abriera una oportunidad.
Pero la puerta nunca se abrió. Roberto Tobar se llevó el pito a la boca y el partido estaba terminado. Palestino rescataba un empate que le servía para mantener la categoría y mandaba a los caturros a la promoción con un coeficiente de rendimiento de 1,02.
De esta manera, Santiago Wanderers se enfrentará ante los cementeros el próximo 14 de diciembre en el Nicolás Chahuan Nazar de La Calera y el 21 de diciembre lo hará en Valparaíso.
“Estamos en una situación difícil. Nos golpea duro. Tenemos que saber preparar el partido que es en dos días”, declaraba Nicolás Córdova minutos después.
Mientras el estratega atendía a los medios, el camarín porteño era un cementerio. Las luces apagadas, las caras largas y muchos jugadores pegados a sus teléfonos buscando quizás respuestas con sus familiares.
El mismo plantel que se coronó hace unas semanas campeón de la Copa Chile y que jugará la Copa Libertadores del próximo año, no supo doblarle la mano el destino en la zona sur de la capital.
“Obviamente cuando en Copa Chile, se juega por ganar algo; la cabeza funciona de otra manera. El campeonato es distinto y teníamos que revertir una situación muy complicada”, argumenta el DT caturro quien evidenció su descontento por jugar en condiciones de extremo calor.
“Fue un semestre muy duro”
En tanto; en la vereda de al frente; todo era cumbia, abrazos e incluso llantos de alegría. Ex jugadores como Paulo Díaz y Rodrigo Tello pasaron a felicitar al plantel que logró mantener a su institución en el fútbol grande del país.
“En el fútbol, cuando las cosas salen bien y ganás, está todo bien y cuando perdés, está todo mal”, comenzaba exclamando German Cavalieri ante los micrófonos.
“Estuvimos peleando aquí abajo injustamente si analizamos partido tras partido. Pero cumplimos la tarea de dejar a Palestino en primera”, agregaba el argentino.
Uno de los puntos altos del técnico argentino es que a lo largo de todo este semestre, hizo debutar a jugadores jóvenes y nacidos en casa. Algo que no muchos técnicos se atreven a esta acción considerando la situación de riesgo en la que se encontraban los Baisanos.
“Queremos seguir apuntando a esto y los jugadores más grandes, aparecieron en los momentos claves cuando tenían que aparecer”, explicó justificando su apuesta por los canteranos.
“Wanderers es un equipo de primera y Calera también es un equipo muy parejo con un gran entrenador. Por suerte, nosotros no la jugamos”, finalizó a su estilo Cavalieri mientras le entregaba el jockey histórico a su hijo.
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