Recientemente, Reinaldo Rueda, actual DT de la selección nacional inició su proceso como nuevo director técnico nacional de fútbol. Todos queremos y deseamos sus triunfos junto al mayor éxito. Estamos seguros que para eso ha decidido venir a Chile y así lograr recuperar la senda que nos hizo por una década un equipo respetado y ganador.

Dante Comiso

Es un entrenador maduro, calificado, con méritos más que suficientes. Con eso, los hinchas pueden estar seguros y tranquilos que se ha elegido bien. Tendrá sus defectos como todo ser humano y los iremos conociendo con el tiempo, pero lo que más importa son sus virtudes personales y profesionales.

Lo que más cuenta es su visión de juego, su mentalidad estratégica para articular una forma poderosa de jugar, su talento como reclutador, sus capacidades de liderazgo, sus habilidades de manager y sobre todo sus dotes de comunicador para transmitir sus ideas y mensajes a los jugadores. Sabemos que es un hombre educado que no tiene problema con ejercer la disciplina con equilibrio y decisión.

Como estamos iniciando un nuevo proceso es necesario mencionar que nada es automático en la vida y menos en el fútbol. Todo tiene que ser deliberado, planificado, gestionado y ejecutado con meticulosa impecabilidad.

Sólo así se pelea el éxito. Rueda y su equipo lo saben porque han acariciado el triunfo y, sin duda, también el fracaso que es lo que más enseña al hombre, pues lo libera del ego y de la soberbia que nubla los análisis autocomplacientes tan comunes en las salas de conferencias de nuestro Chile.

Todo proceso de cambio implica términos e inicios y la debida transición para pasar de un lugar a otro. Esperamos que el Sr. Rueda a quien le damos la más cordial bienvenida a Chile y que ojalá se quede por mucho tiempo con nosotros.

Esperamos que triple R sepa detectar lo que debe terminar, es decir aquello que debe eliminar, extinguir o reducir a todo nivel para que esto resulte. Estilos, conductas, actitudes, hábitos, procedimientos, pensamientos, modas, etc. etc.

Todo aquello que debe quedar atrás porque ya no sirve o porque ya no ayuda o incluso más, porque es dañino. A todo nivel y sin excluir a ningún estamento que tiene influencia en el resultado que importa a un seleccionador nacional.

Este no es otro más que jugar bien, dar espectáculo, proyectar a sus jugadores en el orbe y ganar torneos internacionales. En suma, hacer muy felices a los hinchas que financian la industria directa e indirectamente.

Luego, el ojo lo podrá poner en los inicios que tiene que ver con aquello que debe nacer, con lo que debe comenzar y partir para formarse y desarrollarse a un nivel que nos vuelva llevar al estrellato.

Esto no debiera ser tan difícil porque hay una historia, una cultura de triunfo ya aprendida y con ansias de ser recuperada. Y es aquí donde el cuerpo técnico debe saber poner su impronta, su huella y su estilo para hacer nacer una nueva historia, mejor que las anteriores.

Confiamos en nuestro DT y sobre todo en los jugadores, nuevos y experimentados, que debe saber abrirse a mejorar y a perfeccionarse como atletas y como jugadores de un nuevo futbol que imponga clase y victoria.

La prensa especializada también debería subirse a este carro de mejoramiento para que seamos contribución, menos farándula y escándalo. Esto es una actividad profesional y también requiere mayor rigor de quienes ejercen el periodismo deportivo.

Afortunadamente la gente ya va aprendiendo a distinguir entre el que juegan de opinólogos, los que quieren hacer fama fácil a costa del descrédito ajeno y los que con respeto buscan hacer un trabajo serio. Esperamos ser de estos últimos

Buena suerte Chile. Buena suerte Reinaldo Rueda