Este fin de semana, el surf nacional estuvo en la palestra del deporte local debido a la suspensión del icónico campeonato de surf que se realiza en la V región. Los organizadores pusieron como motivo principal preservar la integridad de los deportistas acusando que el mar presentó “condiciones nunca antes vistas” en su rompiente. Se presume que la concesionaria del quinto sector sería uno de los principales responsables. Conoce más detalles a continuación.
PD Chile
El contexto de esta historia ocurre en el quinto sector de Reñaca, en la V región. Durante el fin de semana estaba pactada una nueva fecha del circuito nacional de surf en sus categorías junior y open.
No obstante, debido a extrañas condiciones de la playa y rompiente, el formato competitivo del torneo no pudo llevarse a cabo. La razón principal es que la ola rompía en seco en la orilla de playa, debido a que el estado de la rompiente vulneraba la integridad de los deportistas.
Fue así como tanto los atletas y organizadores llegaron por cuarta y última vez a revisar las condiciones del mar, las cuales siguieron con la rompiente en la misma orilla. Dicha condición, no les permitiría competir. Hacerlo podría desencadenar un accidente, además de poner en riesgo su equipo deportivo, entre otras razones. Bajo esa premisa decidieron no competir, repartirse los puntos y los premios entre todos los inscritos (certamen federado). Decisión ratificada por la organización y representantes de la FECHSURF.
“Esto es una irresponsabilidad por parte de la organización. Con mi hijo nos organizamos meses antes para que viniese a competir desde el norte y finalmente no pudo hacerlo. Están jugando con el esfuerzo económico de las familias y la ilusión de los deportistas. Sobre todo de los más pequeños”, expresa una apoderada de los competidores que fueron parte del cuadro principal.
La principal causa de la suspensión que se maneja es por las condiciones del banco arena, el cual estaría sensible producto de la intervención humana. Según señalan miembros del Club de Surf de Reñaca, ya es habitual en el quinto sector de Reñaca, desde hace años, que al inicio de la temporada estival l concesionario que administra el sector taquilla del balneario aplana con máquinas retroexcavadoras el banco de arena para así “recibir más veraneantes”.
En esta edición, este acontecimiento causó gran repercusión debido a que la máquina habría intervenido al menos dos veces. Una, a finales de noviembre y otra durante enero, posterior a las intensas marejadas que azotaron el país en la última semana del 2024.
La versión que sostiene la familia Araneda, dueña del concesionario La Marina 5, es que sólo habrían pasado máquina durante diciembre. No obstante, de acuerdo a lo que hemos reporteado con la comunidad local de surf y bodyboard de la V región, el concesionario estaría omitiendo otro movimiento de tierra, el cual fue en enero posterior a las intensas marejadas.
“Ellos ocuparon un gato, que es una retroexcavadora más pequeña. Pero hicieron movimientos de tierra en las noches para así no levantar más problemas y evitar que saquen fotografías por gente con celulares”, acusa Patricio.
Patricio reside en el sector hace ya dos años, a sólo metros de la playa. Su trabajo remoto le permite trabajar en el cualquier parte del mundo. Fue entonces cuando nos describe el segundo movimiento de tierra: “Esa vez, terminé tarde de mi trabajo y fui a aprovechar las últimas horas de luz para sesionar en bodyboard”.
“Me salí casi a oscuras y ahí fue cuando vi el gato que iba en dirección hacia el cuarto sector para mover arena y así poder instalar las palmeras”, apunta.
Según la información que hemos recabado, este hecho coincidiría con el comportamiento del mar que tuvo en el 2024.
El sector costero de Reñaca tuvo grandes cambios en su banco de arena, sobre todo en invierno. Gran parte de su orilla de playa fue devorada por el mar durante el sistema frontal ocurrido durante la segunda quincena de agosto del 2024 creando socavones de arena en el borde del mar de casi 2 metros y medios.
“Para invierno, casi no había playa y los surfistas tenían que bajar una duna de casi dos metros para entrar a la ola”, cuenta uno de los salvavidas del sector V.
En esa fecha, el clima trajo ráfagas de viento de más de 124 kilómetros por hora y olas que bordearon los 6 o 7 metros en algunos sectores costeros. Además dicho temporal provocó desbordes de ríos y más de 750.000 mil personas, sólo de la Región Metropolitana, sin luz. Según señala Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa y académica del Instituto de Geografía UC, aunque hasta hace poco más de una década este fenómeno no era considerado un problema, hoy llegan a presentarse, como promedio, un total de 45 marejadas anuales en las costas de Chile.
“Las marejadas que afectan a buena parte del territorio costero de nuestro país dan cuenta de la envergadura de un problema, para el que -como en otras amenazas- no estamos preparados y en el cual se involucran una serie de factores complejos”.
Un spot sensible
No sólo la erosión afecta a Reñaca. También es sensible a los distintos vientos que se desatan en el mar. La ola se ve lo suficiente mente afectada por cambios en los patrones del viento creados por los grandes edificios que la rodean y los grandes movimientos arena naturales o causados por el hombre.
Tras la última intervención del concesionario del quinto sector reñaquino, se acordó que se iba a detener el movimiento de arena. Luego de eso entraron las grandes marejadas XXL provenientes del norte, la cuales movieron toda la arena, de una manera que no sucede muy a menudo.
Esto fenómeno inusual acumuló la mayoría de la arena en el sector 1 y playa Las Cañitas, una playa que sólo aparece en verano. La playa del 5to sector quedó casi sin arena y muy angosta e incluso algunos bañistas evidenciaron a Panorama Deportivo que en algunos sectores habilitados para el baño, se ven rocas.
Posteriormente a este suceso, hubo un periodo de muy pocas olas donde los cambios de marea se dedicaron a reconstruir la playa acumulando un exceso de arena en la orilla, junto a la posible intervención nocturna de La Marina.
Ya llegamos a mediados de febrero y la playa del 5to sector estaba muy ancha. Lamentablemente la falta de olas hizo que esa arena acumulada no formara los bancos deseados para surfear y en vez de eso, sólo rompientes orilleras.
“Los ciclos de las playas no siempre son favorables para las olas y es algo que es parte de la naturaleza de los Beachbreaks. Algunos más que otros. Pero es algo con lo que tenemos que vivir, por fome que sea”, exponía desde sus redes el fotógrafo Pablo Jiménez. El también fotógrafo oficial del surf en Paris 2024 y bodyboarder, comenzaba dando su opinión aclarando que gracias a la ola de Reñaca ha podido llegar donde está.
Desde de la Federación Chilena de Surf, sostuvieron que durante la primera semana de marzo se estaría firmando un acuerdo con la concesionaria, los clubes de surf y algunos entes estatales en donde se establezca la prohibición de intervenciones y/o movimientos de arena en todos los sectores del balneario.
“Se está trabajando en las cláusulas. Desde el concesionario querían establecer el movimiento de arena como emergencia. No obstante, estamos educándolos a que el mar tiene un ciclo natural”, declaran desde el ente controlador del deporte de tabla.
Los factores que levantaron el debate
Por lo pronto, la misma erosión hará la suyo. Para que la rompiente se arregle, los bancos de arena deben recibir marejadas con gran energía para así dar forma al line-up. Este fenómeno sucedería pronto, tal como lo cuenta el Observatorio de la Costa de la UC.
Según detalla la académica UC, Carolina Martínez, fenómenos como los de Reñaca son la evidencia clara del asentamiento humano en el borde costero. Más del 60% de la población se concentra a menos de 60 km de las zonas costeras, situación que también ocurre en nuestro país.
Según la investigación de 66 playas entre Arica y Chiloé, publicada en el Geolibro “Hacia una Ley de Costas en Chile: bases para una gestión integrada de la zona costera” (proyecto Fondecyt No 1200306), señala que las tasas de erosión fluctúan entre -0,2 y más de -1,5 m/año, llegando a superar los 5 metros anuales en los casos más graves como Algarrobo, Santo Domingo y Hornitos en el norte. Esta fue una de las primeras investigaciones en señalar la relación de las marejadas con el retroceso de playas en nuestro país.
“Playas urbanas pueden llegar a desaparecer en una noche, como ocurrió el primer fin de semana del 2025 en Playa La Boca de Concón o en Reñaca durante las últimas semanas”, aclara Martínez.
De acuerdo al estudio y para alivio de los riders, podemos inferir que la ola volverá a embancarse. Sólo es cuestión de tiempo.
Sistema interconectado
Cabe mencionar que tanto las playas, como desembocaduras de ríos, humedales y dunas, son ecosistemas que se encuentran interconectados y constituyen una primera línea de defensa contra eventos extremos como marejadas y tsunamis, pero estos se están degradando muy rápido, a pesar que nos protegen contra estos peligros.
“Todo esto hace que a las playas les cueste mucho recuperarse estacionalmente, como ocurría en el pasado, cuando la arena que salía durante tormentas en invierno se recuperaba en los meses de verano. Hoy debido a la alta urbanización, así como la alteración de playas, ríos y quebradas, los sedimentos no están llegando a las playas. Esta es una causa de fondo en la que no hemos puesto suficiente atención”, aclara Carolina Martínez.
Tipología de marejadas
Una de las claves para poder prevenir mayores daños – actualmente en la costa de Chile se está reconstruyendo en promedio cada dos años debido a los impactos de diversas amenazas recurrentes- es poder establecer una tipología de marejadas, que pueda alertar cuando se registrarán fenómenos como el que se presentó entre fines de 2024 y comienzos de este año 2025.
Carolina Martínez detalla que “por la configuración geográfica de nuestras costas, con muchas bahías expuestas al norte, nos afectan de forma más intensa las tormentas costeras que vienen del Pacífico norte, tal y como ocurrió en este último evento de marejadas. Estamos investigando las tipologías, para identificar escenarios extremos de marejadas, del mismo modo en el que se hace para otros fenómenos como los tsunamis”.
Ley de Costas urgente
La experta señala que las soluciones basadas en la naturaleza y la ciencia ciudadana involucrando a las comunidades locales, pueden ayudar a prevenir los impactos de estos fenómenos. Además de la restauración ecológica de ecosistemas degradados, los bosques de algas, por ejemplo, “pueden disminuir la energía intensa de las marejadas, actuando como “mitigadores del oleaje extremo”. Sin embargo, en este caso también se presenta una explotación ilegal, sin que exista en muchos casos una fiscalización o regulación de lo que se extrae”, manifestó.
Por ello Carolina Martínez es enfática en señalar la urgencia de que nuestro país pueda implementar una Ley para regular los usos que se presentan en la costa, incluyendo permisos de edificaciones, concesiones marítimas y problemáticas como la extracción de áridos que afecta tanto a playas como ríos a lo largo del país. El Centro UC Observatorio de la Costa, ha propuesto una iniciativa de Ley de Costas basada en nueve principios de desarrollo sustentable, que fue presentada en 2022 al Ministerio de Bienes Nacionales pero que a la fecha no ha tenido consideración por parte del Ejecutivo.
“Necesitamos un ordenamiento específico para la zona costera, que permita hacer frente a estas amenazas y conservar los valiosos servicios ecosistémicos que provee. Impulsar la gestión integrada de áreas costeras a través de una Ley como la que proponemos, podrá generar transformaciones sostenibles como ha ocurrido en otros países desarrollados y miembros de la OCDE. Chile, en cambio, ha esperado por esto durante más de 100 años y las consecuencia de este vacío legal se están transfiriendo a la sociedad actual y también a las futuras generaciones”, concluyó Carolina Martínez