Por Frederick Sanhueza.

Ayer por la noche mientras me disponía a dormir cuando recibí el sorpresivo llamado de un amigo que no sabía hace mucho de él. El chasca se viene recuperando de una rotura de ligamento cruzado en su rodilla izquierda. Mientras nos poníamos al día, me comentó asombrado la decisión tomada por Milovan Mirosevic de retirarse del fútbol. Lo primero que se me vino a la mente fue que se ha ido un luchador, un gran jugador.

Solo fueron seis clubes los que defendió (U.Católica, Racing de Avellaneda, Beitar Jerusalén, Argentinos Juniors, Columbus Crew y Unión Española)  en sus veinte años de carrera en el fútbol profesional, quizás se podría pensar que son pocos, pero lo que realmente importa es dejar huella durante tu paso por ellos y estoy seguro que Mirosevic lo hizo.

Lo lamentable del deporte del balón es que existe un  verdadero ”enemigo” para los futbolistas llamado lesión.

Muchas veces, puede llegar a cambiar tu vida por completo. Cuando menos te lo esperas, este verdadero rival te atrapa para no soltarte más, y el referente de la franja se convirtió en una de sus tantas víctimas.

Como consuelo para los hinchas del cuadro precordillerano ante esta inevitable partida de las canchas quedaran los títulos conseguidos por el Milo con la UC en el Apertura 2002, Torneo Largo 2010, Apertura 2016 – 2017, la Copa Chile 2011 y Supercopa 2016, aunque sé que quizás eso no bastará ya que lo ideal para los simpatizantes cruzados hubiera sido que el último ídolo viviente se despidiera de su gente  en los pastos de San Carlos, allí mismo donde vieron crecer su talento.

Desde ahora, este caballero cruzado será la fuente de inspiración para muchos otros luchadores que pretendan algún día sumarse a las filas de este club donde es tan querido. De esta manera, el Milo pagara su deuda tal cual como el mismo expuso durante aquella triste y emotiva última conferencia de prensa del 10.

Es  el adiós de un caballero cruzado y la bienvenida para un gran elemento para la formación de las próximas generaciones precordilleranas.