A raíz de los últimos hechos acontecidos en nuestro país, múltiples sectores de la ciudadanía se ha manifestado en pos de eliminar la desigualdad imperante hace más de 30 años. El deporte no está ajeno a esta injusta inequidad.

Equipo de redactores de Panorama Deportivo

Hace pocas horas se materializó el anunciado cambio de gabinete. En Deportes, Pauline Kantor fue removida del cargo y en su reemplazo, Cecilia Pérez asume como nueva titular del MINDEP. Una decisión que  seguro será controversial para la mayoría de los deportistas debido que no quedan claros los merecimientos, experiencia y conocimientos específicos en  gestión deportiva  de la nueva ministra que la faculten para asumir en esta cartera, sumado al hecho que ha sido más bien una funcionaria con perfil político.

Es natural entender que los deportistas esperan que a la cabeza del MINDEP se designe a una persona con alta calificación para el cargo lo cual sin duda de desarrolla en el ejercicio profesional y en la formación académica ya sea a través de la actividad como ex deportista, experiencia dirigencial o  trayectoria académica asociada al deporte.  Solo de este modo un ministro puede tener la visión y sensibilidad para conocer y mejorar la realidad que viven los deportistas del Team Chile como también de las demás disciplinas no reconocidas por el COCH.

Si la nueva Ministra piensa que en el deporte las cosas están bien, estará en un error. Para que se vaya introduciendo, le contamos que en Chile decenas de deportistas deben realizar u organizar completadas, rifas, colectas e incluso vender implementos o ropa en la calle para poder competir y representar a nuestro país en torneos internacionales.

Los deportistas viven un estrés y presión diaria para conseguir los mínimos recursos para poder entrenar y competir. Deben planificar un macro ciclo resultadista para así no perder la beca PRODDAR y no perder el foco central: entrenar. Aquellos que no cuentan con la beca, deben recurrir a buscar apoyo en la empresa privada para poder financiar el año competitivo,  lo cual ciertamente  no siempre logran conseguir.

La presión o urgimientos de los atletas crece aún más cuando se acerca el ocaso de sus carreras. ¿Habrá alguna retribución económica por todas las medallas que nuestros deportistas le entregó al país? ¿Qué pasará cuando ya no compitan? ¿Deberán buscar trabajo? ¿Qué pasa con las cotizaciones para ellos? ¿El sistema los considerará? Son algunas de las preguntas que surgen en esta nueva vuelta de timón de la administración de Sebastián Piñera.

También es necesario dar un golpe de timón en materia de competencia y alto rendimiento. Chile tiene abundante talento en las distintas disciplinas deportivas y además cuenta con diversos escenarios para realizar eventos deportivos de todo tipo. Gran parte de estos eventos deben ser apoyados o financiados por el Estado, sin tanto procesos burocráticos, limitaciones o trabas. No puede ser que en un país que ha albergado series mundiales del surf, de kickboxing, de karting o de kárate deban buscar  financiamiento en la empresa privada o el gobierno local por no contar con un apoyo más importante del MINDEP.

Ad portas de  Santiago 2023, hay mucho por hacer. Existen federaciones deportivas que deben ser saneadas en su totalidad. Varios de sus presidentes han sido acusados de manejos inadecuados con los fondos destinados al deporte y los deportistas, perjudicando a muchos deportistas en el desarrollo de sus carreras.

Es necesario, que la ministra a cargo del deporte nacional ponga foco en este asunto junto con dotar de nuevas instalaciones y así no interferir el funcionamiento y puesta a punto de las disciplinas que ya comienzan a planificar un nuevo ciclo olímpico de cara a Santiago 2023.

Por último,  es un deber mencionar que para detectar y proyectar talento deportivo es necesario invertir en las bases, capacitación de técnicos, mejorar instalaciones, potenciar organización deportiva y apoyar con más fuerza en la participación de torneos y competencias. El deporte debe ser considerado dentro de la estratega de educación, salud y desarrollo humano para los chilenos,  junto con la formación de valores positivos como la cortesía, disciplina, perseverancia, esfuerzo,  juego limpio, espeto y compañerismo.