Este fin de semana, Santiago Wanderers se coronó campeón por tercera vez de la Copa Chile tras vencer por 3-1 a la Universidad de Chile en Concepción. En plena lucha por la permanencia, El Decano levanta una copa y de paso tapan bocas al periodismo local y sus mismos dirigentes.

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Todos los amantes de la redonda vaticinaban una victoria para los azules. Sin embargo, la historia fue otra. Santiago Wanderers se alzaba con el trofeo que Ángel Guillermo Hoyos quería levantar. Los caturros se coronaban campeones por tercera vez del trofeo territorial desatando la fiesta en Concepción y en todo Valparaíso.

Este triunfo es un triunfo a la persistencia de Nicolás Córdova y sus dirigidos. Es un triunfo a la insistencia de no renunciar a una forma de jugar. Es un triunfo y un cachetazo para todos aquellos que dudaron.

Hace unas semanas, un dirigente porteño criticó con brutal vehemencia la labor de Nicolás Córdova debido a los malos resultados. Córdova mantuvo cautela y habló en la cancha como lo hacen los que saben de fútbol.

Este triunfo es tomado como  envión anímico fundamental para Santiago Wanderers, de cara a lo que queda del Transición. Serán tres finales donde El Decano apelará a su oficio y garra porteña.

Antofagasta, Palestino y Temuco tienen temor. Saben que la suerte del campeón ayuda y a veces se cumple. Ya contamos los días para estar atentos a este final de temporada.