El 12 de Junio el mundo del tenis fue testigo de un nuevo episodio deportivo. Previo a la gran final masculina de Roland Garros que vería a Rafael Nadal bajar una nueva corona parisina, una pequeña veinteañera sorprendía al mundo ganando su primer título profesional y nada menos que un Grand Slam. Se trata de la letona Jelena Ostapenko, quien se alzó con el título femenino de Roland Garros tras vencer por parciales de 4-6, 6-4, 6-3 a la rumana Simone Halep. Con este triunfo, Ostapenko figura como una de las jóvenes con mayor proyección dentro de la WTA. Conoce algo más de su historia a continuación.

Camilo Zavala P.

La vida de Jelana Ostapenko comenzaría el 8 de Junio de 1997 en Riga, Letonia. El matrimonio entre el ex jugador de fútbol Jevgenis Ostapenko y Jelena Jaklovleva darían luz a eso de las 12 de la tarde hora local a su pequeña retoña.

Jevgenis Ostapenko jugó al fútbol en el Metalurg Zaporizhia (Zaporiyia) de la Liga Premier de Ucrania. Inscribió a su hija en una escuela de tenis a los 5 años y a la par iba a sus clases de danza.

Su relación con la competencia ya tendría sus primero ronroneos participando en el Campeonato Nacional para Baile de Salón de Letonia en el 2002. Finalmente, se decidiría por el tenis, aunque sus destrezas de bailarina la ayudarían mucho en sus desplazamientos dentro de la cancha.

El alto rendimiento de esta gran deportista iniciaría a los 16 años. A esa edad, se entrenaría en la Academia TennisVal bajo las órdenes del español Pancho Alvariño. El ibérico ha dirigido a jugadores de la talla de Marat Safin, Dinara Safina, Igor Andreev, entre otros; por lo que se esperaba que bajos el mandato del entrenador, Ostapenko pavimentaría una carrera llena de éxitos.

“Estuvo en varias etapas de 2 o 3 semanas y luego volvió un tiempo con 17 años”, explica  al portal de tenis Punto de Break, Alvariño, dueño de la Academia ubicada en Valencia.

“Me la envió su manager para que le diera su opinión de lo que yo veía como jugadora y para que comentáramos si tenía posibilidades de futuro”, agrega el coach español, que fue avisado previamente de los problemas que Ostapenko tenía con su carácter a la hora de entrenar y gestionar emociones.

Tras varios de días de extensos entrenamientos, Alvariño redactó un informe técnico de todas las condiciones de Ostapenko para el tenis.

“En el informe decía que iba a jugar muy bien en el futuro pero, sobre todo, debía canalizar la energía negativa que tenía. Se enfadaba mucho y esto hacía que perdiera muchos puntos y en muchos casos, los partidos”, argumenta al medio especializado.

Alvariño no se equivocaba. Durante su carrera en junior y sus primeros pasos como profesional entre los años 2012 y 2015, Jelena se ubicaría por primera vez dentro del top 100. En un universo gigantesco de tenistas, Ostapenko alcanzaría en su primera temporada como profesional el puesto 79 del mundo. Todo un logro y con sólo 18 años. Su final disputada ante la Annika Beck (50°) daría que hablar pese a caer por un 6-2.

“Entre sus puntos fuertes está el revés. Aprieta mucho con el cruzado y remata con el paralelo, probablemente su mejor golpe”, pero no solo es una jugadora de puros golpes.

Su aspecto mental fue creciendo en los últimos meses. “Otro de los puntos es la mentalidad. Es una jugadora con mucho carácter. Entra a la pista y no conoce a nadie. Tiene claro que lo suyo es el tenis y vive por y para el tenis. Juegue contra quien juegue siempre está confiada en ella. No le afecta nada del entorno, ni el nombre del rival, ni el torneo, ni la pista, nada. Siempre cree en sus posibilidades”, la sigue describiendo Alvariño.

“Tiene un punto de prepotente que quizá le confiere ese carácter ganador y competitivo. Muchas jugadoras jóvenes tienen ese carácter que roza la insolencia y la mala educación, pero esto, por desgracia, hace que sean distintas y ese punto les hace que puedan llegar a lo más arriba”, argumenta Alvariño, una de las voces más autorizadas del tenis español a la hora de hablar del deporte blanco profesional.

El juego de Ostapenko se basa principalmente en la agresividad de sus golpes como en su mentalidad. Su juego es principalmente desde la línea del fondo, usando su potencia, tanto de derecha como de revés, para mover a sus rivales, generar espacios y definir con tiros ganadores, ya sean con passing shots  o revés cruzados.

Su potencia de golpes es tal, que en el reciente Roland Garros, superó la velocidad promedio de su derecha (270 KM), adelantando incluso a Andy Murray, número 1 del mundo en el ranking ATP. 

Las comparaciones no tardarían en llegar. Luego de su choque en cuartos de final, se le compararía incluso con la gran tenista estadounidense Mónica Seles.

Su estilo asemeja a la ex gloria americana ya que suele arriesgar mucho sus tiros, buscando golpear las líneas y definir los puntos de la manera más rápida posible.

Aquello le permite realizar una gran cantidad de tiros ganadores por partido. En París,  llegó a conectar casi 300 tiros de este tipo, 54 solo en la final. Sin duda, una cifra destacable, tratándose de un torneo de tierra batida, donde los tiros ganadores son pocos.

Como toda tenista, la veinteañera también tiene sus puntos frágiles. Sus debilidades pasan por la gran cantidad de errores no forzados, que suelen casi equiparar el número de sus tiros ganadores, por lo ofensivo de su juego.

En la definición del Grand Slam parisino, llegó a igualar el número de tiros ganadores. Este punto desfavorable de su juego, ha condicionado su progreso como tenista.

Además, tiene el primer servicio como deuda pendiente. Posee un primer saque plano y potente, y un segundo saque con efecto pero débil. Por el hecho de arriesgar también en esta variante, suele cometer muchas dobles faltas y tener partidos con varios juegos con quiebres en contra.

Como dato, el 2016, llegó a ser la segunda tenista con más dobles faltas en el circuito, con 259, solo por debajo de Kristina Mladenovic, que conectó 4 dobles faltas más que la letona.

También, suele tener un carácter fuerte dentro de las pistas. Si bien, posee una fortaleza mental marcada, esta le pasa la cuenta con ciertas actitudes y gestos en sus partidos, donde suele gritar, moverse de un lado a otro o lanzar sus raquetas.

Esta repetida conducta le ha traído grandes problemas con otras tenistas, que la acusan de tener un mal comportamiento dentro de la cancha, causando desconcentraciones que le cuestan partidos en los que tiene una clara ventaja a su favor.

Desde España aseguran que debe trabajar más su físico y  coordinación. Para así aguantar la seguidilla de partidos y las horas de juego.

Acariciando la cima en RG

Con la consagración de Roland Garros, Ostapenko se alzó con su primer título profesional y su primer Grand Slam. Llegó a la capital francesa como 47 del mundo.  Ya sorprendía alcanzando los cuartos de final tras dejar en el camino a Louisa Chirico, Mónica Puig, Lesia Tsurenko y a la ex número 4 del mundo, Samantha Stosur.

En la instancia de las ocho mejores, vencería por cuarta vez en su carrera, tercera consecutiva en dos meses y tercera en tierra batida, a la bella Caroline Wozniacki, por 4-6, 6-2 y 6-2.

En semifinales, superó a Timea Bacsinszky, semifinalista del torneo en 2015, a la que venció por 7-6 (4), 3-6 y 6-3, el día en que ambas tenistas cumplían años.

Con la victoria y pase a la final, se convirtió en la primera letona, hombre o mujer, en llegar a la  final de un Grand Slam junto con ser la primera tenista no preclasificada en jugar una final de Roland Garros desde Mima Jaušovec en 1983.

En la final disputada en la mítica cancha Suzanne Lenglen, se enfrentaría a la cuarta mundo: Simone Halep. La rumana era la favorita a llevarse el trofeo y así convertirse en la nueva número del orbe.

Durante el pleito, Ostapenko llegó a estar arriba en el marcador dos veces en el primer set, pero Halep se recuperó, ganando por 6-4. Posteriormente, la rumana llegó a estar 3-0 y ventaja en el segundo set, pero Jeļena recuperó terreno, ganando 6 de los siguientes 7 juegos, para ganar por 6-4 y llevar todo a un tercer set.

Allí, Simona volvió a tener una ventaja de 3-1, pero Ostapenko, al igual que en el segundo set, levantó su juego, conectó 5 juegos consecutivos y se alzó finalmente con su primer torneo en el Grand Slam parisino por parciales finales de 4-6, 6-4 y 6-3.

“Cinco o diez minutos antes del partido estaba un poco nerviosa. Y volví a estarlo al inicio de segundo set. Luego, me dije a mi misma que no tenía que perder y que disfrutaría del partido dando lo mejor de mí”, reveló en conferencia de prensa con el trofeo a su lado.

Con su victoria, marcó uno de los más grandes hitos deportivos en la historia de Letonia, y se adjudicó varios records: se convirtió en la tenista más joven en ganar el torneo desde Iva Majoli en 1997.

Fue la primera campeona sin preclasificación en ganar Roland Garros desde Margaret Scriven en 1933.Es la tenista más joven en ganar un Grand Slam desde María Sharápova en el Abierto de los Estados Unidos 2006 y la primera tenista en ganar su primer título en un Grand Slam con 20 años, cuando Gustavo Kuerten, también sin ser preclasificado, ganó el primer título de su carrera en Roland Garros 1997, curiosamente el mismo día en que Jeļena Ostapenko nació.

Además, quedó a las puertas del Top Ten, ya que con el triunfo en Francia se ubicó en el puesto número 12 del mundo.

¿Estaremos testigos ante una futura leyenda del tenis femenino mundial? Su corta edad y su gran potencial lo demuestran. Habrá que estar atentos a lo que haga Ostapenko durante los próximos años y ver si está apta para comenzar a construir su propio legado tenístico.

Revivamos juntos los mejores momentos de la reciente final femenina de Roland Garros entre la rumana Simone Halep y la nueva campeona de París, Jelena Ostapenko.