Estamos en pleno verano, temporada estival muy agradable para practicar deporte. Una de las disciplinas más fáciles y que convoca a mucha gente es el running. Pese a ser una actividad muy saludable, su práctica regular puede traer consigo una serie de lesiones debido a sus movimientos  cíclicos, repetitivos y también por los impactos que se dan en cada zancada. Si los corredores ejecutan una mala técnica de carrera, también puede repercutir directamente en la aparición de serias lesiones y que te dejarán fuera por mucho tiempo si no te las tratas bien.

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Muchas de las lesiones que nombraremos las padecen una multitud de deportistas. Aunque se debe destacar su incidencia en runners que corren por el amor al arte. Michael Conlon, fisioterapeuta, entrenador y gerente del Finish Line Physical Therapy destaca que “es muy importante que una vez detectado algún tipo de dolor, se pare y se pida asesoramiento sobre qué hacer para paliar esas molestias”. Añade además que es muy importante actuar apenas aflore dolor, debido a que una lesión mal tratada puede generar problemas durante un largo periodo de tiempo.

Una de las zonas que más sufre en la práctica del running son los pies. A continuación, te mostramos las 5 lesiones de esta zona más comunes y qué debes hacer para volver pronto a los entrenamientos en caso de que padezcas una de éstas.

 

Fascitis plantar

Foto: Pinterest

El estrés repetitivo que se genera por los impactos constantes contra el cemento puede dañar el ligamento que corre a lo largo del arco del pie, causando inflamación y mucho dolor en el talón.

Esto se debe debido a unas zapatillas mal ajustadas o que no calzan con el pie del corredor. También, se puede padecer por realizar entrenamientos con mucha carga o bien por no cambiar las superficies por donde se realiza la sesión.

Para prevenir esta lesión, debes buscar distintas superficies de menor impacto como puede ser el pasto o el maicillo. Además, te recomendamos realizar otro tipo de actividades cíclicas relacionadas con resistencia aeróbicas donde  tus articulaciones reciban un impacto menor.

Deportes como ciclismo, la natación o la elíptica, te ayudarán a no estancarte y variar tus entrenamientos.

Esguince de tobillo

Foto: Clínica Doctor Ávila

El esguince de tobillo es una lesión aguda. Esto significa que te das cuenta cuando te sucede. Se trata de un desgarro en uno de los ligamentos que pasan por el tobillo. En casos extremos, suele ir acompañado de una pequeña fractura del peroné  o de los huesos metatarsianos.

El esguince de tobillo suele ocurrir por una mala zancada. Al pisar incorrectamente,  los ligamentos que componen el tobillo no soportan ese grado de flexión o extensión originándose por ende un desgarro en estos.

Para evitar el desgarro de tus ligamentos, procurar debes evitar correr por caminos empedrados o realizar entrenamientos nocturnos por los cuales no veas bien por donde pisas. Además, el uso de un calzado que no sujete correctamente el tobillo puede influir en su aparición.

Si ya te ha ocurrido, no seas necio y acude a tu médico más cercano para que chequee la gravedad y así recurrir a terapias de rehabilitación para volver a la actividad física cuanto antes.

Fractura por estrés metatarsiano

Foto: mariavillalbaquiromasaje

Aquí, el dolor aparece en la planta del pie, específicamente en la zona del metatarso (el segundo o el tercero normalmente). Tiene a expandirse además hacia la zona del empeine, enrojeciéndose y mostrándose algo de hinchazón.

 

Con el tiempo, el dolor se incrementa, volviéndose muy molesto para la práctica de actividad física e incluso para caminar.

La fractura por estrés metatarsiano suele suceder cuando se realizan entrenamientos de forma demasiado frecuente o en personas que por su antropometría tiene una excesiva pronación en su pie. Procura siempre tener uno o más días de descanso entre un entrenamiento y otro.

Si se trata de un problema biomecánico lo más recomendable es acudir a un médico deportivo o fisioterapeuta para identificar y abordar el problema.

Para prevenirlo, además, es imprescindible efectuar un calentamiento correcto, de modo que, introduciendo ejercicios previos de movilidad articular, puedas ir entrando en calor progresivamente.

Tendinitis aquilea

Afecta directamente al talón de Aquiles.  Los que padecen ésta tendinitis, sienten dolor en la zona posterior de la pierna cerca del talón. Si a medida que corres, el dolor aumenta, probablemente tengas este tipo de lesión.

Ocurre principalmente por una sobrecarga de la zona dañada, produciéndose en el tendón de Aquiles una sensación de dolor al tacto o al moverlo.

Foto: sanar.org

Para revertir esta lesión, debes reducir las cargas de entrenamiento y, si es necesario descansar, durante un periodo de tiempo hasta que el dolor remita.

Si aún persiste, acude a un especialista que ejecute una readaptación de la zona dañada.

 

Sesamoiditis

Foto: The Association of Podiatrist of Malta

La sesamoiditis es una lesión que ocurre en los huesos sesamoideos, debido a traumatismos reiterados. Puede ocurrir en bailarinas, mujeres que andan con tacos o artistas marciales.

Generalmente se concentra en el dedo gordo del pie. Cuando se origina una inflamación en el tejido que cubre el hueso o una fractura del sesamoideo aparece la denominada sesamoiditis.

Esta lesión puede ocurrir por falta de movilidad, fuerza o estabilidad del tobillo, pierna o cadera. Fortalecer estas zonas se hace esencial para evitar este lesión. Además, practicar actividades que limiten el estrés de la zona, como nadar o montar en bicicleta puede ser de gran ayuda.

Otra opción es acudir a un traumatólogo deportivo, con el objetivo de introducir una plantilla en la zapatilla y así minimizar, amortiguar y mejorar los apoyos producidos durante la carrera.

Ya estás al tanto de las principales lesiones que trae la práctica del running. Si llegas a padecer una dolencia de las mencionadas, no seas necio y descansa. Si el dolor persiste, acude a un especialista. Escucha a tu cuerpo, sé responsable.