El número uno del mundo, Rafael Nadal, se coronó campeón de Roland Garros por onceava vez en su carrera tras despachar en tres sets al austríaco Dominic Thiem. El manacorí consiguió la corona venciendo a la sangre nueva del tenis mundial por parciales de 6-4, 6-3 y 6-2. De esta forma, Nadal aseguró su presencia como primero del orbe, le mete presión al suizo Roger Federer quien ya prepara su estreno en las canchas de pasto e igualó el récord de la leyenda australiana Ken Rosewall quien ganó 11 veces el Abierto de Australia entre 1960 y 1973.

PD Chile

La Phillipe Chatrier vio como el español Rafael Nadal se puso la corona del rey. Sí, leyó bien. Rafael Nadal se impuso ante Dominic Thiem y extiende su reinado sobre la tierra batida. Aquel polvo ladrillo parisino que tanto le acomoda y que lo ha visto levantar el trofeo de los mosqueteros por once veces.

Nadal asumía días previos a la final que desde hace mucho tiempo que le costaba entrenar en buenas condiciones. Su rodilla izquierda le ha traído varios sin sabores y molestias durante toda la temporada. Sin embargo, el hambre de gloria triunfal del manacorí pudo más esta vez.

Foto: TVE

La undécima gloria de Rafa quedará estampada para siempre en la ciudad de la luz. El Museo Pompidou ya tiene grabadas las manos del tenista que representan los once títulos de este luchador y que quedaron inmortalizados en un cuadro de arcilla.

¿Cambio de ruta?

Tras ganar Roland Garros, Rafael Nadal podría poner un alto en su calendario pensando en el futuro. La máquina de triunfos quiere tiempo para meditar y pensar qué le conviene a su cabeza, a su cuerpo y a su entorno.

“Haré lo que sea bueno para mi cuerpo. Tengo que ver cómo me siento en un par de días”, declaraba el manacorí ante los micrófonos. La realidad es que Rafael Nadal tiene 32 años y ha tenido lesiones importantes que no opacan su gran carrera de glorias y trofeos.

La lucha por ser el mejor jugador de todos los tiempos podría dilatarse pensando en lo extenuante que será la temporada de canchas duras y en donde Roger y Rafa disputarán el primero del mundo en todos los Masters 1000.

¿La ambición hay veces que puede derrotar al cansancio Rafa? “Claro que tengo la ambición, la pasión, pero no me vuelvo loco con lo que hagan otros, siempre habrá alguien con más dinero, con una casa mas grande, más (…) Si miras al de al lado puedes frustrarte, hay que ser feliz con lo que se tiene”, apunta Nadal.

Es ese aterrizaje de humildad el que hace pensar que Rafa esté meditando su paso por el pasto. La adaptación a la hierba hay varias veces en que no le ha funcionada del todo bien. Desde el 2011, año en que llegó a la final, se le ha hecho imposible de llegar a los cuartos de final. En aquellas instancias, ha perdido con rivales menores y que en otras superficies les ganaría con comodidad.

Nadal asegura que pese a ganar en la catedral del tenis en 2008 y 2010, Wimbledon siempre ha sido el trofeo más duro de morder.

Su cuerpo técnico tendrá que evaluar la situación previa tanto en lo físico como en los resultados para determinar su paso por Londres. De visitar el Big Ben está claro que Rafa no será el gran candidato. Todas las miradas estarán puestas en Roger Federer quien es el amo y señor de la hierba.