Uno de las principales patologías que ocurren en el tren superior es el pinzamiento subacromial. Este “gran pinchazo” en la cara frontal del hombro, afecta directamente al manguito rotador. ¿Por qué ocurre y cómo sanarlo? Te lo contamos a continuación.

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El pinzamiento subacromial es cuando se produce un pellizcamiento de los tendones del manguito rotador a raíz de un estrechamiento del espacio que existe entre éste y el acromion. Este espacio puede ocurrir por el crecimiento del hueso desde acromion por alguna artrosis o bien por la inflamación de la bursa subacromial.

Esta lesión, normalmente es acompañada por una bursitis o inflamación de la bursa como bien señalamos anteriormente. La bursa, cumple la función de proteger el roce entre el hueso y los tendones, para que no toquen directamente con el hueso. Esta protección, se hace con una mínima cantidad de líquido sinovial entre cada cavidad.

Al inflamarse la bolsa, el líquido dentro de ella se inflama causando mucho dolor.

En el pinzamiento subacromial, los pacientes sienten un gran pinchazo al ejecutar movimientos de elevación lateral o rotaciones. También padecen gran dolencia, aquellos que duermen encima del hombro afectado.

El grado del dolor dependerá del tejido tendinoso que esté más comprometido. Generalmente,  el más afectado es el tendón del supraespinoso ya que se encuentra en la parte más alta del manguito rotador.

El dolor puede ser muy intenso y incluso puede llegar a inmovilizar la zona si se compromete la movilidad del hombro en forma significativa. Si alguno de los tendones del manguito rotador presenta una rotura, el dolor suele ser de mayor duración y más difícil de tratar.

En caso de no ser tratado a tiempo, el dolor puede extenderse hacia la región cervical, provocando cervicalgias e incluso cefaleas. Esto se debe al mal uso del hombro (por dolor), lo cual genera sobre uso de la musculatura cervical, generando dolor muscular e incluso articular cervical.

¿Cómo tratarlo?

El tratamiento dependerá de la causa encontrada para el dolor:

  • En caso de exista una inflamación o tendinitis del manguito rotador o bien una bursitis, lo primero que debe hacer es buscar desinflamar el tendón mediante antiinflamatorios o kinesioterapia con el fin de disminuir el tamaño de la bursa. En caso de que no esto no llegue a puerto, lo que viene es la infiltración con corticoides. Para poder inyectarse, hay que chequear de que los ligamentos no estén rotos.

 

  • Si el paciente tiene una tendinopatía con depósitos de calcio, se debe sumar el  tratamiento con “ondas de choque”  o bien un lavado de calcificación. Todo esto después de realizar una ecotomografía.

 

  • En caso de haber una rotura ya sea de la articulación acromioclavicular o porque el acromion está muy inclinado, lo más probable es que el tratamiento sea quirúrgico, resecando el fragmento óseo que está prominente y manteniendo el roce sobre la bursa y los tendones del manguito rotador. Siempre se debe intentar el tratamiento conservador en estos casos, salvo que ya se esté frente a una rotura de alguno de los tendones del manguito rotador.

Kinesiología para sanar

 No hay manera de prevenir el Pinzamiento Subacromial ya que esto depende del aumento de todo el hombro.

Lo único que se puede hacer en los casos clínicos más extremos, es privilegiar los deportes que no involucren ejercicios por sobre la cabeza en pacientes que tengan factores de riesgo. Sin embargo, hay muy pocas posibilidades de prevenirlo.

Lo que sí te podemos contar es que una buena forma de prevenir esta lesión y no quedar parado durante meses es manteniendo una buena flexibilidad y un buen equilibrio muscular entre los músculos agonistas y antagonistas. Además, ten presente el manejo de las cargas a la hora de entrenar y los descansos.

Una vez presente el pinzamiento, el tratamiento consiste en la utilización de fisioterapia para disminuir inflamación, dolor y además se deben realizar ejercicios isométricos de aductores, del recto de abdomen y de la musculatura accesoria.

Paralelamente a la terapia, se pueden agregar al tratamiento sesiones de quiropráctica y osteopatía con el fin de restablecer la biomecánica normal cervical, torácica y del hombro, a través de una serie de ajustes vertebrales, manejo de los tejidos blandos, manejo del dolor y ejercicios funcionales terapéuticos. De esta forma, la persona podrá retornar a sus actividades laborales, sociales, deportivas y familiares sin molestias.

Por otro lado,  es fundamental la elongación del tren inferior y la musculatura de espalda baja. En una segunda etapa se recomienda incrementar progresivamente la intensidad de los ejercicios comenzando con aquellos que no tengan impacto (bicicleta, por ejemplo) para luego realizar ejercicios en cancha desde trote a movimientos más deportivos.

La evolución de esta patología es muy variable de una persona a otra por lo que se debe ir cumpliendo objetivos para avanzar en la recuperación.