Este fin de semana, nuestra capital fue escenario de uno de los deportes que más crecimiento ha tenido en el último tiempo. Las artes marciales mixtas personificadas en la empresa UFC aterrizaron por primera vez en Chile para dar vida al UFC 225. Conoce otra perspectiva de este gran evento deportivo realizado en nuestro país.

PD Chile

Esta gran historia comenzó el viernes 18 de mayo en la ya clásica y reconocida ceremonia de pesaje. Allí, todos los competidores debían medir su peso corporal para chequear si estaban dentro del margen correcto de cada categoría.

La pelea principal entre el nigeriano Kamaru Usman y el brasileño Damian Maia, se llevó todas las miradas.

Pese a que el foco del evento giraba entre el n°5 y n°10 del mundo respectivamente en el peso welter; también hubo peleas preliminares que eran atractivas para el público. Entre ellas, destacaba la que animarían Diego Rivas (CHI) y Guido Canetti (ARG).

Más de 11.000 personas asistieron al Movistar Arena emplazado en el Parque O´higgins para ver al oriundo de Chol Chol (IX región) coronarse en el octágono. Mucha gente del público pasó por el lente de Panorama Deportivo y entregó su arenga al guerrero de La Araucanía.

Mientras esto pasaba en las afueras de coliseo, en su interior ya se comenzaba a palpitar el ambiente del UFC 225 en Santiago de Chile.

Exclamaciones de alto calibre junto con pifias y abucheos fueron el adorno de cada pelea donde ambos contendores se estudiaban, amagaban e incluso no se hacían daño.

La gente pagó su entrada por ver sangre. Por momentos el Movistar Arena se parecía totalmente al Coliseo Romano de la antigüedad.

Entre semejante ambiente, ¿qué sentirá el peleador dentro de su cabeza cuando está a sólo minutos de entrar al octágono? ¿Qué pasará por el alma de guerrero impregnado en cada deportista?

 

Con las palabras de nuestro guerrero anónimo comenzábamos a observar la pelea que todos vinieron a ver. El Pitbull Rivas salía al octágono del Movistar Arena para enfrentar a Guido Ninja Canetti.

La rivalidad futbolera entre Chile y Argentina esta vez se trasladaba a las artes marciales mixtas. A continuación te compartimos los mejores momentos de nuestra transmisión en vivo.

 

Lamentablemente, el Pitbull Rivas mordió el polvo de la derrota. Por decisión unánime, la victoria fue para el argentino. Durante el primer y segundo round, todo parecía indicar que Rivas se llevaría la victoria.

No obstante, el perro de Chol Chol planteó mal la estrategia y gastó mucho tiempo engañando a su adversario con diagonales y esperando a que Canetti tomara la iniciativa. Un recurso que en los deportes de contacto no se pueden permitir, ya que los jueces siempre priorizarán el contacto físico.  

Pese a que las llaves y palancas del chileno sobre el trasandino impresionaron a los jueces, el oriundo de Castelar fue más efectivo combinando  highs kicks certeros a la zona media de Rivas con golpes de uppercuts y Superman en el restro del temucano.

Si bien, el ninja quedó muy maltrecho tras la contienda, resultó ganador del combate y en medio de mar de pifias agradecía a sus compatriotas residentes en nuestro país que lo vinieron a apoyar.

Luego, en la sala de prensa, un cabizbajo Diego Rivas atendería a los medios de comunicación presentes en esta cobertura. Lo más destacable de aquella alocución, te la mostramos a continuación.

Tras la derrota del chileno, vendría el plato fuerte de la noche. Damian Maia contra Kamaru Usman.

Por un lado, el nigeriano buscaba conectar sus golpes mortíferos a Maia.

En tanto, el brasileño buscaba defenderse, aprovechar el envión de los puños de Usman para encaramarse sobre el nigeriano y llevar el combate al suelo.

Sin embargo, el combate era resistido por todo el público quien ya estaba ofuscado tras la derrota de Rivas. Maia y Usman no tenían la intención de golpearse y así reaccionaba la gente.

Finalmente, el nigeriano se coronaría vencedor de este UFC 225 y esto es lo que diría en la conferencia de prensa: “Esta fue mi primera vez haciendo una pelea de 5 rounds. Es una gran diferencia de pelear por tres rounds. En tres rounds yo puedo ir todo el tiempo, pero en cinco rounds definitivamente me sentí diferente. Es una experiencia de aprendizaje, la próxima vez seré más decisivo. Demian fue más duro de lo que esperaba, mostró por qué es un verdadero veterano. Él hace un buen trabajo bloqueando tiros. Mucho respeto para él”, comenzaba declarando Kamaru Usman.

La tarjeta de Damian Maia vs Kamaru Usman

“En el segundo round, lo golpeé en la parte superior de la cabeza, Demian hizo un buen trabajo al bloquear los golpes con la cabeza, lo golpeé con la derecha y sentí que se me rompía la mano derecha. Seguí lanzándolo y en el tercero round sentí que mi mano izquierda también, pero eso es lo que hacen los campeones. Luchamos a través de eso. Ahora voy a volver, hablar con mi gerente, le dejaré decidir qué es lo próximo para mí, pero mi objetivo es el mismo y ese es el título welter”, agregó.

A eso de las 1.30 am terminaría la acción. La empresa UFC deberá sacar conclusiones en su paso por Santiago. No obstante, queremos destacar el gran despliegue hecho por la organización para los medios de comunicación.

Siguiendo el estilo estadounidense, cada medio contaba con su puesto de prensa para despachar material, conexión a internet, alimentación, etc.

Cubrir eventos deportivos de este tipo fue una experiencia que llenó de energía a cada uno de los reporteros presentes en el Movistar Arena. Pocas veces,  nuestro oficio cuenta con condiciones necesarias para llevar a cabo nuestro trabajo de manera profesional en los distintos eventos deportivos a lo largo de Chile, por ende, reportear sin trabas y con comodidad permite emitir contenidos de mejor calidad a nuestras audiencias.

Eso permitirá a la vez que las MMA se masifiquen  y se muestren al mundo tal cual son. Vivir al mismo tiempo lo que sentía cada uno de los espectadores al ver la salida de los deportistas es algo que ni en 10 líneas se puede describir.

El aterrizaje del UFC en Chile es un fiel reflejo de que la cultura deportiva está cambiando. Hay talento de sobra y vale la pena explotarlo.