Según la Organización Mundial de la Salud, al menos el 60 % de la población mundial admitió no realizar alguna actividad física para tener un buen estado de salud. La inactividad corporal es el cuarto factor de riesgo que incide en la mortalidad a nivel global.
PD Chile
La falta de movimiento en las personas equivale al 6 % de las muertes registradas a la fecha. Ya está demostrado que realizar actividad física al menos dos veces por semana reduce el riesgo de padecer hipertensión, cardiopatía coronaria, accidentes cerebrovasculares, diabetes o cáncer de mama o de colon.
Practicar deporte mejora la salud ósea y funcional. Además es un determinante clave del gasto energético, por ende, cumple un rol fundamental para llevar un buen equilibrio calórico y control de peso.
Sin embargo, los especialistas diferencian entre actividad física y ejercicio. Este último corresponde a una variedad de actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física.
En tanto, la actividad física abarca el ejercicio, pero también lo conforman otras actividades donde haya movimiento corporal y que se realizan como parte de los momentos de juego, del trabajo, pausas activas, tareas domésticas, etc.
Una de las actividades físicas más comunas es optar por subir las escalera en vez de usar el ascensor; usar más la bicicleta en vez de el auto en distancias cortas; o bien bajarse unas cuadras antes de tu parada final en la micro y caminar lo que queda. Todas estas expresiones del movimiento forman parte de la actividad física.
Sabemos que el día a día de los chilenos está condicionado por sus actividades laborales y domesticas sedentarias y que juntas conllevan un gasto de energía necesario. En Chile, seis de cada 10 adultos tiene exceso de peso y dos de cada 10 tiene obesidad.
Considerando que la OMS califica a una persona como inactiva cuando realiza menos de 90 minutos de actividades físicas por semana. Diego Castagnaro, Vicedirector de la carrera de Kinesiología y Fisiatría de Fundación Barceló recomienda algunas actividades sencillas del día a día que pueden ayudar a mejorar el estado de salud. Toma nota.
-Caminar o ir en bicicleta al trabajo
-Caminar 10 o 15 minutos durante la hora del almuerzo
-Usar las escaleras en lugar del ascensor y las escaleras mecánicas
-Estacionar lejos del supermercado y caminar por el estacionamiento
-Ponerse de pie cuando habla por teléfono
-En el trabajo levantarse de la silla y moverse al menos una vez por hora
Una enfermedad invisible
El siglo XXI trajo grandes problemas al mundo y que aún no son fáciles de resolver. El sedentarismo, la obesidad y el auge de los dispositivos moviles ha desencadenado un nuevo fenómeno llamado Globesidad.
“Este concepto se relaciona con el gran avance tecnológico, que exige cada vez menos esfuerzos en las tareas cotidianas, menos movimiento, nada de ejercicio físico, mucho auto y un acceso rápido a todos los delivery. Nos volvimos hombres y mujeres sedentarios”, explica a Infobae la doctora Gabriela Fedriani Roger, médica Especialista en Medicina del Deporte del Centro Terapéutico Máximo Ravenna.
“Es importante observar que pequeños cambios en nuestro comportamiento, pequeñas cargas de ejercicio físico, producen un impacto beneficioso en la salud. La actividad física es el pilar fundamental para lograr el mantenimiento del peso corporal a largo plazo”, precisó la especialista, que insistió en que “así como las dietas hipocalóricas fueron y aún son indicadas para perder peso corporal, el ejercicio recomendado era antiguamente el de alta intensidad”.
En las últimas décadas, los estudios científicos han demostrado que el ejercicio físico no debe ser tan intenso. Esto se debería a que los entrenamiento de intensidad leve o moderada tienen un impacto antropométrico igual o superior, así como una mayor adherencia a largo plazo. En otras palabras, si entrenas progresivamente, asegurarás por mucho tiempo tu presencia en dichos entrenamientos.
En este sentido, la OMS acepta a la actividad física como un recurso terapéutico para combatir todas las fases de la obesidad. Fedriani sostiene al medio argentino que siempre existirán dificultades para que los pacientes se ejerciten produciendo dos efectos tempranos.
–Efecto agudo: Es el que se produce por un efecto esporádico no sistematizado ni regular. El gasto calórico es directamente proporcional al ejercicio realizado y si bien produce cambios metabólicos, no son significativos ni duraderos.
–Efecto crónico: Se produce como consecuencia de la actividad física realizada en forma regular y sistemática. Preserva o aumenta la masa muscular, lo que ejerce una acción sobre el gasto calórico en forma más duradera. También evita la disminución de la masa magra que se produce por dietas hipocalóricas.
“Las modificaciones del metabolismo, por ejemplo la disminución de los niveles de insulina, comienzan a producirse luego de cuatro a ocho semanas de entrenamiento. Y el ejercicio físico favorece la utilización de las grasas como energía, así como la actividad física cambia grasa por músculo”, complementa la doctora Fedriani Roger.
Y agregó: “Las personas con sobrepeso y obesidad que realizan actividad física en forma regular y modifican sus hábitos alimentarios se enferman y mueren menos que los hombres y mujeres sin entrenamiento y con hábitos alimentarios malos. El nivel de actividad física puede considerarse un importante preeditor de mortalidad”.
Ya estás el tanto. Deporte es salud. Olvídate de los remedios para bajar de peso. Ponte las zapatillas y sale a entrenar. Vence el sedentarismo de una vez.
Somos Deporte. Somos PD.