24 competidores –nacionales e internacionales- desafiarán la crítica entrada por Los Morros de Punta de Lobos con tal de quedarse con el primer lugar del torneo de olas grandes más importante del cono sur. 

PD Chile

La mítica playa de Punta de Lobos y sus dos imponentes morros serán el anfiteatro natural que recibirá este histórico campeonato que se desarrolla hace ya 19 años en nuestro país y que este año tendrá una mayor incidencia en el cuidado del medio ambiente. El certamen, busca reinventarse tras su exclusión del Tour Mundial de Olas Grandes (BWWT) de la World Surf League (WSL).

Durante los próximos tres meses, el mundo del surf estará con los ojos puestos en las  gigantescas marejadas que azotarían Punta de Lobos, esperando el escenario ideal para desarrollar este prestigioso campeonato de una forma amigable con todo su entorno natural.

El periodo de espera comenzó el 15 de junio pasado y se extenderá hasta el 15 de septiembre. El torneo invitacional sólo tendrá luz verde cuando se pronostiquen olas por sobre los 7 metros.

En ese entonces, 24 avezados surfistas, tanto locales como internacionales intentarán domar olas que pueden llegar a alcanzar los 10 metros de altura, luchando con condiciones extremas en uno de los escenarios naturales más imponentes del mundo.

Para esta se edición, se priorizó en mantener a los competidores que registraron los mejores resultados en la última versión de la competencia y que han demostrado tener el nivel necesario para enfrentar las olas grandes de Pichilemu.

Entre los competidores destacan, el deportista de Royal Guard y único competidor nacional en el Big Wave Tour, Cristián Merello.

A él lo acompañarán los atletas de Haka Honu Diego Medina, León Vicuña y el localazo Héctor Vargas. Además del ya se confirmó la presencia del embajador de The House of Marley  y elegido el aventurero del año por  la National Geographic, Ramón Navarro.

Durante el campeonato, se desarrollarán distintas actividades ligadas a la sustentabilidad con el fin de educar a todos los asistentes conservar la biodiversidad del Santuario Natural de Punta de Lobos y el resto del ecosistema marino  el cual se ha visto amenazado  a lo largo del mundo por la intromisión del hombre.

También, se realizará una gestión de residuos integral, la cual contará con la separación y reciclaje de los desechos producidos, tanto por los participantes como asistentes del evento, a través de puntos limpios a lo largo de Punta de Lobos.

Además,  el evento contará con una transmisión streaming que buscará reducir la carga de personas el día del evento y conectar a todos los amantes del deporte de tablas a lo largo de todo Chile y Latinoamerica. Así, todos los surfistas podrán seguir el evento desde distintos dispositivos y lugares del mundo.

Punta de Lobos: ola de clase mundial

“Punta de lobos es increíble. Tamaño que le tiren, lo aguanta”, describía hace unos meses el surfista profesional Damien Hobgood tras correr una ola de casi nueve metros.

La playa descrita por el surfista estadounidense se asienta a seis kilómetros al sur oeste de la comuna de Pichilemu, VI región. Es denominada bajo la jerga surfera como un Point Break, ya que la rompiente revienta desde la plataforma de laja volcánica hacia la orilla.

En sus mejores condiciones, la ola de izquierda puede llegar a correr hasta 1200 metros. Cada fin de semana es frecuentada por numerosos tablistas que buscan ser parte del océano pacífico por un par de segundos.

La ola presenta tres secciones: Punta de Lobos, Mirador y Diamante. En todas, el surfista debe saltar al agua desde una plataforma de rocas para llegar hacia la rompiente.

A todos estos factores, se suma el paso del surfista por un desordenado canal de aguas muy turbulentas para subir a Los Morros.  La entrada se complica aún más cuando la marea está en la pleamar y las olas superan los dos metros y medio de altura.

Luego, el tablista debe pasar con mucho cuidado por medio de las dos imponentes estructuras en donde anidan gaviotas y pelícanos.

En dicho lugar, los intrépidos deben esperar la calma en la resbalosa roca de laja negra, la cual ha sido testigo de tensión, caras cortadas y tablas rotas; para luego correr por esta y nadar al máximo con tal de alejarse de la zona de peligro.

Si a esto le sumamos gigantescos cerros de agua, la aventura se torna casi imposible para cualquier mortal.

Aquí te dejamos el donde de un aficionado que desde su GoPro, refleja algo de lo mencionado anteriormente.

 

No te pierdas toda la cobertura de Panorama Deportivo sobre este magnífico campeonato de surf chileno.