No queda nada. Sólo dos días restan para el debut de los Cóndores 7s en la Copa del Mundo de San Francisco. A las 18.35 de nuestro país, enfrentarán a Irlanda, una potencia del rugby mundial y que se caracteriza por su alta movilidad de pelota y jugadores en todo el campo de juego. Panorama Deportivo conversó en exclusiva con uno de los seleccionados chilenos y te lo mostramos a continuación.
Camilo Zavala P.
El amor por el deporte nace en algunas personas a temprana edad. Cuando algunos están jugando play station después del colegio, otros están entrando a la piscina, subiendo a la bici o dándole los primeros efectos a la pelota ovalada.
En esta última imagen es donde entra la familia Larenas. Los hermanos José Ignacio y Juan Pablo juegan desde pequeños al rugby. Ambos han tenido grandes presentaciones por Los Cóndores y en esta ocasión, el menor de los Larenas será una de las piezas de Chile Seven en la Copa del Mundo de San Francisco.

La semana pasada asistimos a la última práctica de Los Cóndores en suelo chileno. Hoy te mostramos la entrevista que le realizamos al formado en el Club Deportivo Universidad Católica. Desde los pastos de San Carlos de Apoquindo, el Juampi, como le dicen sus amigos, espera traer junto a sus “hermanos” un nuevo triunfo para desde tierras californianas.
Aquí comienza un nuevo Testimonio PD.
Si te tuvieras que presentar ante nuestros lectores que aman el deporte y el rugby, ¿Cómo te presentarías?
“Soy Juan Pablo Larenas, seleccionado nacional de Rugby Seven. Juego en el club Universidad Católica (CDUC) desde los ocho años. Llevo dieciocho años jugando. Estudio odontología y este año congelé para prepararme de la mejor manera para todos los campeonatos que tenía este año. Así me presentaría”
Chile se enfrenta a Irlanda en la Copa del Mundo de San Francisco en una oportunidad única para algunos jugadores de rugby nacional disputando un partido contra una potencia mundial. ¿Cómo afrontas lo que se viene en lo personal y como equipo?
“En lo personal es cumplir un sueño. Llevo varios años integrando el plantel nacional de seven y desde que empecé, esta ha sido lejos la temporada más importante. Hemos llegado con la mejor preparación. El nivel del equipo se ha visto mejor que en años anteriores y culminamos la temporada con la participación en el mundial. Hace mucho tiempo que Chile no iba a este torneo, sino me equivoco desde el 2001. Estamos muy confiados como grupo. Hemos hecho las cosas bien, hemos tenido una muy buena preparación, con una buena planificación física y entrenamientos técnicos. Ahora solamente pensamos en el partido contra Irlanda, que también viene haciendo muy buenos torneos. Fueron invitados a las dos últimas fechas de circuito e hicieron un muy buen papel. Irlanda es un país de Rugby. Tampoco es sorpresa que estén teniendo buenos resultados. Estamos 100 % enfocados en ellos y confiamos en que podemos salir a ganar. Cuando entramos a la cancha nos paramos de igual a igual con cualquier rival y saldremos a ganar si o si para meternos dentro de los 16 mejores”.

Ustedes llegan a California con el gran cartel de ser los flamantes campeones sudamericanos del Rugby Seven tras el oro obtenido en Cochabamba 2018, algo que sin duda es un envión anímico para cualquier equipo. ¿Cuáles son los puntos más fuertes que rescatan de esa medalla de oro para plasmarlo en el mundial?
“Una de las claves y lo que ha sido durante todo este proceso es el convencimiento que tenemos todos de que entramos a la cancha y nos paramos de la misma forma ante el rival o partido que sea. Sabíamos que las condiciones en Cochabamba serían muy díficiles por el tema de la altura. Nos fuimos unos 8 o 10 días antes que todos los equipos. Ese fue un punto clave para nuestra preparación. Nos aclimatamos y se notó al final del torneo. Cuando jugamos el último partido con Brasil, después vi la repetición y se veía una preparación distinta. Nos sentíamos mucho más ligeros y en toda la estructura de cada partido se notó. Tanto los 7 titulares como los cinco jugadores que entraron a darle un nuevo aire, se notó que estaban muy bien preparados para mantener el ritmo y la intensidad en los seis partidos que jugamos en Bolivia. Eso creo que fue determinante en la preparación física y técnica de todo el staff. Además, todos los jugadores teníamos claro que lo primero era mejorar el bronce en Santiago 2014 y lo segundo era ir a ganar. Sabíamos que teníamos las herramientas para salir primeros y así fue”.
En un partido de seven todo pasa muy rápido. Es todo muy intenso durante sólo 14 minutos. Bajo ese contexto, ¿qué tan fundamentales son las sustituciones?
“Sí, de todas maneras, son fundamentales. Esa es la parte difícil para el entrenador. De repente, uno cuando está dentro de la cancha puede estar cansado, pero siempre va a querer una más o piensa que puede hacer una más. Pero desde afuera, el cambio tiene que entrar a meterle piernas y aire. Lo que le decimos nosotros: “el impact player”. Esa es la gracia de todo esto. Generar un impacto quizás no en el entre tiempo, pero sí cuando queden cuatro minutos. Cuatro minutos de un jugador fresco se notan en la cancha y es un rol clave para todos los que entran”.
Pasemos al rugbista. Cuando estás jugando, ¿qué es lo que sientes o qué pasa por tu cabeza?
“La verdad es que cuando juego no pienso mucho en cosas externas. Estoy bien concentrado en lo que se está dando en el minuto y en mi rol dentro de la cancha. Estoy enfocado en que no se me puede ir ningún tackle. El que tengo en frente es casi un duelo personal y hay que ganar el quién vive, atacando o defendiendo, pero como te digo; hay que cumplir el rol personal dentro de la cancha. No hay mucho tiempo para tener alguna concentración distinta durante los 14 minutos. Pasa todo muy rápido”.

En ese duelo personal, ¿alguna vez te ha pasado o has pensado que el tackle lo puedes perder o quien tienes en frente es más fuerte que tú y te va a romper en cinco partes?
“¿El pensar que se me puede pasar el tackle?, no. Uno va conociendo a los jugadores en el mismo partido y ya le vas “sacando la foto” al jugador. Por ejemplo, ya sé que es más rápido y no me debe llevar en velocidad por fuera. Si es más fuerte me va a venir a buscar el contacto, pero en ningún momento pienso o se me pasa por la cabeza que voy a perder ese duelo personal. Siempre trato de buscar mis fortalezas para aplicarlas en el momento de tener esa lucha hombre a hombre”.
En la nómina de los Cóndores 7s asomas como el único jugador de la UC. ¿Cómo es el día a día de los rugbistas del CDUC? ¿Existe alguna diferencia entre estos jugadores y de otros clubes?
“La verdad, no sé si puedo hablar mucho de eso. El día a día del rugbista en general es muy parecido. Todos los clubes entrenan los martes y los jueves. También los físicos se hacen los lunes y los miércoles. Todos juegan los sábados. Aquí como comparto con jugadores de todos los clubes, compartimos la misma dinámica. Este año he jugado sólo tres partidos por el club y entonces no he estado muy metido en lo que ha sido la temporada de XV. He estado más con mis compañeros de seven. Pero en general, somos todos parecidos. Eso se da porque hemos estado desde octubre viéndonos todos los días de lunes a sábado y hay una hermandad de grupo. No hay muchos estilos marcados. Ya cuando volvemos a los clubes quizás se empiezan a marcar las tendencias de cómo es cada uno dentro de su club. Siempre estará la picardía y las apuestas de cuando jugamos en contra, pero ahí queda”.
¿Cómo ves la situación actual del rugby chileno a nivel de clubes y en cuanto a ARUSA?
“Ahora se cambió el formato de torneo. Se hizo el Top 8 con un formato de ida y vuelta. Es una buena idea y además se hace para liberar la carga que tienen todos los jugadores. Antes estaban los jugadores que jugaban seven y los que jugaban XV. Esos mismos jugaban por la selección. A fin de temporada, todos terminaban reventados. Esta nueva modalidad favorecerá a todos los clubes y jugadores. También liberará espacio para todos los que están en preparación para las ventanas internacionales. Se están buscando cada vez más partidos. En el XV ya se agendaron partido contra los Maorís All Blacks y Bélgica, primera vez que vienen para acá. Esto refleja que se están tratando de buscar mejorías en todo ámbito. Si bien los cambios no son rápidos, ha habido mejoras, ha habido más sponsors y una mayor planificación. De a poquito va a subiendo la organización de Chile Rugby”.
¿Cómo lo haces para entrenar? ¿Cómo es tu preparación física?
“Este año tuve que congelar mis estudios porque no iban a ser compatibles la universidad con el formato de entrenamiento que estábamos teniendo. Los primeros dos meses, febrero y marzo, fueron de preparación para el torneo de Hong Kong. Allí entrenábamos de lunes a sábado, con nueve estímulos semanales. Algunos días doble turno, otros sólo uno y los sábados ocupábamos desde las 9.00 hasta las 13.00 la cancha. Allí íbamos mezclando. Los lunes y miércoles entrenábamos a la hora de almuerzo físico. Los otros días íbamos alternando entre rugby, técnico y físico. En marzo cuando ya todos entraban a clases, bajamos un poquito la carga. No era de lunes a sábado pero sí seguimos con cinco estímulos semanales. Los lunes hacíamos físico a las 13.30 y en las noches Rugby. Luego íbamos manejando las cargas de entrenamiento dependiendo de cuánto espacio teníamos para cada torneo. Cuando queda un mes, hay una semana de cargas altas y después vamos bajando para llegar en el peak a cada torneo”.
Siguiendo con eso, tienen casi 10 estímulos a la semana. En otras palabras, malgastan harto al cuerpo. ¿Cómo lo haces tú para descansar?
“Como equipo nos pusimos casi como una obligación; en verdad no como obligación, pero si nos estamos dedicando a esto y tenemos como objetivo participar en el mundial, tomamos la responsabilidad de ir una vez a la semana al Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO). Allí nos ven los masajistas y kinesiólogos. Cada uno iba a tratarse alguna dolencia. Siempre tenemos que estar pendientes de estar lo más cerca del 100 %. El rugbista nunca va a estar al 100 %, siempre habrá alguna molestia. Pero sí, nos preocupamos de estar siempre al cuidado personal. Es clave porque si yo me dejo estar y no cuido mis dolores, eso se va acumulando y me dejará afuera más tiempo del que podría estar si prevengo antes de lesionarme”.
Para cerrar, ¿qué mensaje le das a todos los amantes del rugby y qué mensaje le das a todos los que aún no conocen a los Cóndores 7s?
“A los que no lo conocen, los invito a ver el mundial. Seguro lo van a transmitir. Solamente decirles que en lo personal, llevo 18 años jugando y nunca me he cansado de jugar. Al final de las temporadas uno termina agotado y necesita una o dos semanas de vacaciones. Pero después uno quiere si o si volver a jugar. Se hacen muchos amigos para toda la vida, de todos los clubes, de todas las regiones e incluso de otros países si es que te toca viajar. Eso es muy lindo porque al final el deporte te da la oportunidad de viajar. Las posibilidades siempre están. El rugby es un deporte que lo puede practicar cualquiera. El alto, el bajo, el gordito o el más flaco. Todos los que quieran hacer deporte, el rugby le abren los brazos y hay cabida para todos(as). Los que no lo conocen o quizás no les gusta tanto, la invitación es probar, pasarlo bien y divertirse. Siempre terminar con el famoso tercer tiempo que es cuando comparten ambos equipos al final del partido, dejando todo lo que queda en la cancha”.
Ping Pong PD
Cómo ya es habitual en otros Testimonios PD, Juan Pablo Larenas también se sometió al paleteo deportivo.
Un ídolo: Marcelo “Matador” Salas
Un libro: Ahí me pillaste. No soy de leer. No leo hace mucho.
Una película: Rocky IV
Un equipo: La gloriosa Universidad de Chile
Un lema: Constancia
Un ejercicio: Compartir con los amigos
Cómida Favorita: Un buen asado
Viaje soñado: Fiji, Filipinas o alguna de esas islas bien paradisiacas.
Alguna Anécdota: “Una vez tuvimos un viaje de rugby por la universidad y perdimos un tren desde España a Francia. Fuimos dos días de vacaciones y teníamos que volver a Francia para volver a Chile. Tuve que parar a un taxi en una esquina donde no paraban los taxis y me tuvo que llevar desde España a Francia para no perder el tren que me llevaba hasta el aeropuerto. Perdí mi celular incluso. Me salió como cincuenta lucas”.