Nos metimos en la carrera de obstáculos más importante del mundo: la Reebok Spartan Race. A continuación, te mostraremos el registro de casi todo el circuito sprint de 7 km con el fin de reflejar el esfuerzo, coraje y valentía de cada uno de los competidores.

Camilo Zavala P.

La hora de citación para todos los competidores era cerca de las 8.30 am. La vaguada costera matinal característica de la V región y las bajas temperaturas recibían a los avezados deportistas quienes de manera amateur buscaban transformarse en ícono deportivo: ser espartano.

La primera gran prueba para todos los aspirantes a guerreros era trepar un muro. El que lo consiguiese, se ganaba el derecho de entrar a la partida. Sin embargo, esta verdadera guerra interna entre el poder y no poder, recién comenzaba.

Foto: Camilo Zavala

Después de la largada comenzaba el gran desafío. Superar los más de 30 obstáculos. En caso de no poder sortear el escollo, el competidor debería pagar con un ejercicio que quizás hasta el día de hoy muchos de los participantes quieren olvidar: el Burpees.

Antes de ingresar a la parte más dura del circuito, cada competidor debía en punta y codo bajo un techo de alambres de púas. El riesgo de sacarse un ojo era inminente, por lo que los deportistas debían cuidar cada uno de de sus movimientos.

Luego, vendría la prueba de las paredes. Cada competidor debía elegir entre tres paredes con distinta dificultad y llegar al final del recorrido tocando la campana. Muchos optaron por seguir pagando los clásicos burpees. Otros no pudieron continuar ya que el hombro no les aguantó.

Ya entrando al cerro del Parque Las Palmas, comenzaba la gran prueba de resistencia y fuerza: Los baldes con piedras. Aquí, el competidor debía llenar un balde con piedras de maicillo y subir una pequeña cuesta. Esta etapa dejó a más de algún lesionado.

Luego de los baldes, la carrera seguiría cerro arriba. A esta altura, muchos de nuestros guerreros caminaban exhaustos colina arriba.

En la mitad de la cuesta, la carrera tomaba dos caminos. Nosotros optamos por tomar el más corto. Allí, descendimos por una quebrada que amenazaba con sacar más de algún tobillo.

Tras la vertical quebrada, otro muro más. Esta vez, los espartanos debían pasar hacia el otro lado de un sólo brinco.

Luego de esto, los competidores debían medir su destreza, fuerza y puntería. Debían lanzar con todas sus fuerzas una lanza con el fin de que esta quedase incrustada en la paja. La gran complejidad: un sólo intento.

Luego de este campestre tiro al blanco, vendría la parte gélida. Los espartanos debían pasar nuevamente en punta y codo, luego llevar la pelota de cemento al arrastre y posteriormente caminar en las aguas fangosas del tranque del Parque Las Palmas.

Ya casi al final,  el último desafío.

Esperamos les haya gustado ese gran viaje junto a nosotros. El llamado es a prepararse para la próxima contienda espartana que será en noviembre.

Diviértete haciendo deporte. Practicar deporte es tener buena salud.