En un partido dramático por donde se le mire, la UC venció ayer por 2-1 a Rosario Central a los 50 minutos, en un duelo válido por el grupo H de la Copa Libertadores. Con el triunfo, los cruzados se situaron segundos detrás de Libertad de Paraguay. Todo el análisis a continuación.

Camilo Zavala P.

El fútbol es un deporte de idas y vueltas. Durante 90 minutos, pueden pasar muchas cosas: que se lancen fuegos artificiales, disturbios en las tribunas, choques de rodilla con rodilla, llantos, puteadas, sustituciones y goles.

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Todas esas situaciones ocurrieron ayer en la precordillera y con un gran marco de público (12.402 personas). El partido comenzaría con pierna fuerte y mucha intensidad, dos ejes recurrentes en partidos de Copa Libertadores. Pese a ser un partido equilibrado durante los 90 minutos, lo mejor llegaría para el final en los pies de Luciano Aued y José Pedro Fuenzalida. Luli ejecutó el penal de la victoria y el Chapa se lo fabricó tras una carrera con pelota dominada de casi 40 metros.

Comencemos el análisis del cotejo

En el primer tiempo, los cruzados comenzaron bien en todas sus líneas. La zaga defensiva de Benjamín Kuscevic y Valber Huerta anticiparon todos los ataques del Canalla. Los laterales, Juan Cornejo y Raimundo Rebolledo realizaron un cometido digno de destacar. En ellos recayó la labor de achicar las líneas tanto en ataque como en defensa. Reventar la pelota cuando fuese necesario, también fue uno de los recursos utilizado por los carrileros. Gran despliegue físico de ambos.

Leonardo Gil, uno de los motores de Rosario Central dejó dudas para ser considerado por Reinaldo Rueda en la selección chilena.

En el medio campo, César Pinares, José Pedro Fuenzalida, Edson Puch y Luciano Aued le dieron mucho movimiento al ataque precordillerano. Luli fue clave en el funcionamiento colectivo cruzado, apoyando en las coberturas, manejando los tiempos y siendo el reloj del medio campo. El argentino estuvo soberbio.

Es en estos cuatro elementos donde se concentró todo el fútbol de la franja. Pese a no tener demasiadas oportunidades de gol; las que tuvo la UC, las aprovechó y con ataques directos durante todo el primer lapso. El festejo de Edson Puch es el claro reflejo de la eficacia cruzada. A los 28 minutos, el Comando aprovechó un mal despeje de uno de los canallas tras el saque de puerta de Matías Dituro para abrir la cuenta (1-0).

Tras la apertura del marcador, Rosario Central se intimidó y Paulo Ferrari, ahora técnico de los rosarinos, propuso un esquema más conservador apostando al juego fuerte y los contragolpes. Situaciones que fueron bien controladas por la zaga cruzada.

Ya en el complemento, el cuadro adorado por Roberto Fontanarrosa sintió la presión de sus casi 1000 simpatizantes y adelantó sus líneas. Ferrari movió sus piezas y mandó a la cancha Fernando Zampedri, un delantero espigado con buen pie, gran movilidad por el frente de ataque y en el área. Con el ingreso del oriundo de Chajarí, Ferrari consiguió acercarse más al arco cruzado hasta lograr empatar el encuentro con un contragolpe muy bien aprovechado por Duván Vergara a los 92 (1-1). A sólo minutos del final, los hinchas de la franja no lo podían creer.

“¡Jugadores! A ver si ponen huevo, que no juegan con nadie”, era el cántico que bajaba desde la visita.

La UC estaba empatando un partido que estaba prácticamente cerrado. Mérito de Rosario Central que nunca dejó de insistir y por al menos 10 minutos hizo ver muy mal a la Católica sobre todo en el medio terreno.  Era un empate injusto para el local y uno con sabor a victoria para la visita.

Cuando el tiempo reglamentario se esfumaba, la presión se transformó en cánticos. Al ritmo del “Vamos UC, Vamos UC”, los dirigidos de Gustavo Quinteros no renunciaban a dar la última estocada.

Con cinco minutos de adición, el partido se tornó dramático. La banca rosarina no paraba de alentar a sus compañeros en cancha, quienes buscaban romper el arco de Dituro con el mismo libreto que consiguieron el empate: balonazos largos a espaldas de los centrales.

En reloj marcaba los 49,58 y la UC pierde la pelota en la media luna trasandina. José Pedro Fuenzalida no da por perdido el esférico y va a presionar al rival. El sub 20 Valencia, había perdido el balón pero el mixto insiste en recuperarlo y consigue ganarle el balón, pero está extenuado. Corre 30 metros y ocurre el milagro. El juez dicta penal al ver como el defensa de Arroyito se abalanza sobre Fuenzalida dentro del área y todo San Carlos de Apoquindo estalla en cántico.

Luciano Aued de manera sólida y con mente fría, define desde los 12 pasos a los 50 minutos. Era el 2-1 y final del encuentro. La UC ganó un partido a pura armadura y corazón. Sin duda, será un encuentro que marcará un antes y después en todos los jugadores, hinchada y cuerpo técnico. El próximo duelo copero será el 4 de abril ante Gremio (BRA). Los cruzados deberán hacer valer la localía como sea. Goleando o repitiendo gestas épicas como la de anoche.

El drama canalla

La prensa rosarina que viajó al Santiago fue durísima con el planteamiento mostrado por Paulo Ferrari. Los consultados, apuntan a que el equipo generó pocas situaciones y cero peligro en el arco cruzado. Sólo dos llegadas claras en 95 minutos en un partido de Copa Libertadores.

Paulo Ferrari afrontaba su quinto partido como técnico de Rosario Central. Pese a una gran propuesta de juego, los resultados no se le dieron. Quedó eliminado en la Copa Argentina con un equipo de cuarta división y anoche sufrió otro golpe más.

“Sabíamos de entrada que ellos saldrían a buscar con agresividad el encuentro. En el segundo tiempo, el equipo intentó siempre”, exponía.

“Estamos con mucha bronca. El empate era merecido y justo. Tenía esa gota de calma. Era un premio al segundo tiempo y a ese empuje que nos pidió Pablo. No lo pudimos sostener y ahora el domingo tenemos que recuperarnos en nuestra casa”, agregó el volante Fabián Rinaudo dándole un espaldarazo al jóven estratega.

El domingo, Rosario Central buscará sacarse las balas ante San Lorenzo de Almagro en el Gigante de Arroyito por la Super Liga Argentina.

La conformidad cruzada

Caras distintas a la de los argentinos tenían Matías Dituro y Gustavo Quinteros al ingresar a la sala de conferencias del estadio San Carlos de Apoquindo. “El triunfo es merecido por lo que hizo el equipo durante los 90 minutos”, expuso Gustavo Quinteros en su primera intervención ante los micrófonos.

“Creo que el primer tiempo fue mejor que el segundo. Fuimos sólidos. El segundo tiempo retrocedimos mucho las líneas y con pelotazos nos metieron atrás, hasta que llega el gol de ellos. Sentimos el esfuerzo de los muchachos. Sobre todo de Aued y Fuentes. Esperamos evaluar a todos y poner en cancha a los que estén al 100 % el domingo”, agregó el argentino boliviano.

“El plantel está muy bien anímicamente. Hicimos un gran partido defensivamente. En el segundo, nos defendimos más atrás porque el rival con pelotas largas se nos vino encima. Ellos no tuvieron ninguna ocasión de gol, salvo la última. La fortaleza del equipo nos dio la victoria. Chapa corrió y Luli con el cansancio convirtió al final. Nos vamos muy contentos”, expresó el golero Matías Dituro.

Entre el sábado y ayer, la UC creció en cuanto funcionamiento e intensidad. Ante Unión La Calera, los cruzados se vieron intimidados por la propuesta bielsista del cuadro cementero. Ayer, se vio apreció otra intensidad y dinámica. Todo parece indicar que Gustavo Quinteros ya va encontrando el funcionamiento que quiere para la institución cruzada.

“Nos faltó más profundidad. No supimos ser precisos en los últimos metros. El funcionamiento me gustó ante un rival que corrió mucho. El problema que tenemos nosotros son la cantidad de lesiones y eso no nos permite tener un funcionamiento real. Estamos tratando de cortar la mala racha de lesiones y poder repetir los jugadores para tener un funcionamiento cada vez mejor. Recalco que los muchachos nunca bajaron los brazos”, finalizó Quinteros.

¿Cómo sigue la ruleta futbolera de la UC? El domingo a la 12.00 visitará el estadio Monumental para enfrentarse a su archirrival y a un viejo conocido. Colo Colo y Mario Salas serán los dos escollos que deberán sortear los cruzados y corroborar el gran momento de la institución.