Los albos recibieron a Atlético Nacional en el Estadio Monumental, pero a pesar de la localía y control del balón en gran parte del partido, los colombianos fueron quienes se llevaron el encuentro por un 0-1 a favor.

La presión en el plantel de Colo Colo y Pablo Guede no es menor. Son 10 años en los que la institución no ha podido pasar de la fase de grupos de la Copa Libertadores. La última vez que logró clasificar a octavos de final fue en el 2007, cuando luego fue derrotado por América de México en esa misma instancia.

Pablo Guede, a diferencia de los anteriores partidos, lanzó equipo estelar, manteniendo a Insaurralde de líbero junto a Zaldivia y Baeza en defensa, Opazo, Valdés, Carmona y Suazo en mediocampo, Jorge Valdivia como armador de juego y Esteban Paredes junto a Octavio Rivero en ataque. La apuesta era mezclar la experiencia de gran parte del plantel con la juventud y rapidéz de las bandas

Por su parte, Jorge Almirón, director técnico de Atlético Nacional, cambió el esquema que venía utilizando con buenos resultados en el torneo nacional de Colombia. De un 4-2-3-1 pasó a un 3-5-1-1, metiendo a Diego Braghieri en defensa y a Vladimir Hernández en el medio campo. Los que se quedaron en la banca fueron Reinaldo Lenis y Jorman Campuzano, quien entraría en el segundo tiempo para cambiar el destino del partido.

Desde el pitazo inicial, Colo Colo salió en búsqueda del partido y hacer valer su localía a punta de presión y adelantar sus líneas. Atlético Nacional, en su categoría de equipo copero, no se retrasó y propuso esperar a Colo Colo, apostando a la contra de sus grandes figuras de medio campo en adelante.

A pesar del control albo, el estricto arbitraje tuvo como primer damnificado a Gabriel Suazo, quien tras un ataque albo tuvo que cortar en mitad de cancha una clara opción de contra para los colombianos. Atlético Nacional mostraba sus armas y Colo Colo se ganaba la primera amarilla del partido.

El primer tiempo fue de mucha pierna, clásico copero, pero terminó con un inofensivo control albo, sin precisión de ¾ de cancha en adelante y sin claras oportunidades de gol. Por otro lado, la visita se plantó cómodamente dentro del campo de juego, ordenado en su defensa y medio campo y movedizo en delantera. Las más claras las tuvo el local, pero nada que incomodara a Atlético Nacional.

Wilton Sampaio mostró que no iba a aguantar juego brusco ni reclamos. En los primeros 45 puso seis amarillas, tres para Colo Colo -Suazo,  Zaldivia y Baeza- y tres para Atlético Nacional -Braghieri, Bocanegra y Palacios-. 

En el segundo tiempo fue Jorgue Almirón quien tomó la iniciativa y realizó dos cambios decisivos. Castellani (46) y Campuzano (51) entraron para tomarse el medio campo y mostrar nuevas y peligrosas alternativas. Por momentos lograron hacerse del balón, presionar a Colo Colo en su propio campo, pero pasados los minutos el partido volvió a la tónica del primer tiempo.

A través de ese nuevo poderío en el medio campo fue como se desequilibró el partido. En los 67′, tras una disputada pelota en la mitad de la cancha, Octavio Rivero logra recuperar un importante balón en ataque, se lo entrega a Carlos Carmona, quien se equivoca en el pase a Jorge Valdivia y Atlético Nacional sale de contra. Campuzano metió un gran pase en diagonal y dejó mano a mano a Vladimir Hernández, quien definió de gran forma ante Agustín Orión.

Colo Colo acusó el golpe y, a pesar de necesitar el empate o buscar dar vuelta el resultado, Pablo Guede apostó por poblar más el medio campo en desmedro de la delantera. Un minuto después del gol entraron Berrios y Véjar por Riveros y Gabriel Suazo.

Véjar logró darle un poco más de velocidad e intento de desborde por la banda izquierda, pero Pajarito Valdés estaba muy lejos de su nivel y a Jorge Valdivia lo tenían muy marcado. Nicolás Orellana (77) entró por Valdés a tratar de cambiar esa poca contundencia, pero cayó en reiterativas faltas en ataque y no supo desequilibrar. Baeza tuvo una clara en el final del partido, pero remató sobre el arco de Fernando Monetti

Colo Colo apostó todo el partido a un inofensivo control de balón, sin peligro en su ataque y una preocupante imprecisión de ¾ de cancha en adelante. Todo esto generó que tras el paso de los minutos, los albos entraran una y otra vez en un estado de desesperación y desorden. Atlético Nacional no hizo más que aprovechar esos momentos y espacios y se quedó con el encuentro en el Estadio Monumental ante 39.034 espectadores.